
Cuando se habla de "empleo juvenil", automáticamente nos vienen a la cabeza las palabras "precariedad", "temporalidad", "trabajo sin remunerar", etc. Estas características de la realidad laboral, lejos de ser algo coyuntural que tiene que ver con los "nuevos modos de contratación", hunden sus raíces el modo de producción capitalista, que atraviesa una fase en la que tiene que depreciar cada vez más la fuerza de trabajo. Hace tres años, en un artículo publicado en este medio, ligaba el fenómeno de la precariedad al concepto marxista de "ejército industrial de reserva", que los capitalistas utilizan para presionar a la baja las condiciones laborales del conjunto de la clase trabajadora. Pero, si las condiciones de trabajo cada vez más precarias no son casualidad ni dependen únicamente del gobierno de turno, sino del resultado del modo de producción capitalista, ¿podemos los jóvenes esperar que nuestras condiciones laborales mejoren en el capitalismo? Los comunistas tenemos claro que no.