La obesidad se está convirtiendo en la epidemia del siglo XXI por las dimensiones adquiridas a lo largo de las últimas décadas. De hecho la obesidad, irónicamente junto con la desnutrición, son los problemas nutricionales más frecuentes en el mundo.El importante impacto sobre las enfermedades crónicas, el coste sanitario, la calidad de vida y sus crecientes dimensiones configuran la obesidad como un importante problema de salud pública
Muchas veces nos pensamos que si una persona tiene obesidad o sobrepeso es porque quiere y no se cuida lo suficiente, muchos de nosotros habremos dicho alguna vez "está así porque quiere, que coma mejor y haga ejercicio" y un largo etc de frases desgraciadamente usuales.
Hay una larga lista de factores que hacen que una persona presente obesidad, y no es la falta de ganas por cuidarse o que le guste tener unos kilos demás. Los más claros son por un lado el balance energético positivo, que se refiere a la que la ingesta total de calorías diarias es mayor que la gastada, la falta de ejercicio físico y cuestiones más complejas, como el funcionamiento de una hormona llamada leptina , que tiene como función la inhibición del apetito y el aumento del metabolismo.
Pero dejando de lado estas cuestiones que son más técnicas hay que tener en cuenta que uno de los factores más fuertemente asociados a la probabilidad de presentar sobrepeso u obesidad es el nivel socioeconómico.
El informe de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) de 2014 concluye que la crisis ha forzado a muchas familias a cortar el gasto en comida y ajustar los presupuestos para alimentación, lo que ha incentivado a comprar comida más barata y menos saludable. Buscan el mayor aporte calórico con el menor presupuesto, y en este sentido la bollería industrial tiene un precio vergonzosamente económico, mucho menor que fruta y verdura.
Muchas asociaciones y sociedades "sanitarias" avalan productos que merman la salud. En la mayoría de las ocasiones la única información que obtienen las familias es que los Bollycaos vienen abalados por la SEDCA, los Chocapic y las galletas por la AEP y el ColaCao por la SEPEAP.
Las grandes multinacionales alimentarias no hacen más que repetirnos que la obesidad y el sobrepeso se solucionan comiendo de todo moderadamente, donde por supuesto entra su comida basura con moderación y haciendo ejercicio. Desgraciadamente esto no es así, comer productos insanos no se soluciona haciendo deporte.
Otro problema que nos encontramos es el etiquetado y envoltorios que la mayoría no sabe leer y tienden a ser en su mayoría engañosos. Nos podemos encontrar mensajes como "mejora tu sistema inmunológico" o "para tener unos huesos más fuertes" en productos con grandes cantidades de azúcar, grasa..
A todos nos sonará la pirámide alimentaria que nos enseñan tanto en los centros sanitaros como en la escuela, que es un gráfico diseñado con el fin de indicar de forma simple cuáles son los alimentos que son necesarios en la dieta, y en qué cantidad deben consumirse para que ésta sea sana y equilibrada. Lamentablemente en esta pirámide nos encontramos alimentos como los cereales azucarados de desayuno, pan de molde blanco, azúcar, galletas y demás alimentos procesados en la base, en vez de fruta, verdura y hortalizas.
Para ir dando las vías de solución a esta epidemia es necesario que las principales acciones sean también dadas desde la prevención, por ejemplo mediante nutricionistas que entren en la salud pública para educar conscientemente a las familias
También en la prevención juega un papel clave el entorno escolar ya que es de gran relevancia a la hora de configurar los estilos de vida de los más pequeños. Promoviendo la educación física y actividad deportiva dentro y fuera del colegio, incluyendo programas educativos orientados a mejorar la dieta que incluyan también a la familia y personal académico...
Los casos de sobrepeso y obesidad se han incrementado paulatinamente durante las últimas décadas. En el caso de la infancia y adolescencia, este hecho es especialmente preocupante debido, no sólo al rápido aumento de los índices de sobrepeso y obesidad, sino también por el potencial impacto negativo que conlleva en la salud y el bienestar presente y futuro.
La prevalencia de obesidad en España se encuentra entre las más altas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Según este organismo, 1 de cada 3 adolescentes de entre 13 y 14 años tiene sobrepeso. La cifra en adultos es igual de alarmante, concretamente en el 2015 el 39,3% presentaban sobrepeso y el 21,6% obesidad, lo que supone más de la mitad de la población española, 60,9%.
La obesidad está asociada a una mayor predisposición de sufrir varias enfermedades, entre las que se encuentran la diabetes tipo 2, los infartos, el cáncer y la osteoartritis, además de que deteriora y reduce tanto la calidad, como la esperanza de vida. Por otro lado, hay que tener en cuenta que el coste económico del tratamiento de la obesidad, en relación a sus diversas enfermedades asociadas, es muy alto.
El importante impacto sobre las enfermedades crónicas, el coste sanitario, la calidad de vida y sus crecientes dimensiones configuran la obesidad como un importante problema de salud pública.
Concretamente en España durante el 2014 el 7% del gasto sanitario anual estuvo relacionado con el tratamiento del sobrepeso y la obesidad. Un valor relativo que en cifras absolutas arroja la friolera de 5.000 millones de euros al año.
Podemos decir por tanto que la obesidad es un fenómeno complejo que implica tanto aspectos sociales como económicos, ya que dado al volumen de personas afectadas ya no es solo un problema sanitario, sino que se ha trasformado también en un problema social.