París es conocida como la ciudad del amor, pero también de la revolución, de la bohemia, de la resistencia, de mayo del 68. A pesar de ser un nido de turistas, tras los llaveros con forma de la torre Eiffel en cada esquina y del estereotipo de francés con baguette bajo el brazo, boina y camiseta a rayas, Paris ofrece en cada uno de sus adoquines un pedazo de grandiosa historia. Los estudiantes sesentayochistas decían que tras estos adoquines encontraríamos la playa, los revolucionarios de la Comuna de París los hicieron volar por los aires. A continuación se ofrecen dos nuevas sugerencias de paseos históricos por la ciudad de la luz.

 
 









 
					 
					 
					 
					 
					 
					 
					 
					 
					 
					 
					 
					 
					










