Durante el periodo de la posguerra, y luego de diez años de la victoria de nazi-fascismo sobre el bando republicano, de las entrañas del mundo intelectual censurado de la época, iría surgiendo la denominada “poesía social”. Superando los debates terminológicos de los cuales era objeto, Gabriel Celaya la definiría de la siguiente manera: «Nuestra poesía no es nuestra. La hacen a través nuestro mil asistencias […]. Estamos obligados a los otros»[1].