Ahora, antes de que te contraten tienes que comerte todos los inventos de la patronal para adaptarte a sus "necesidades de producción": prácticas cobrando entre el 60-75%, periodos de prueba de dos a seis meses sin ver un mísero euro, contratos de obra o eventuales por los que vas rotando sin tener ninguna estabilidad...

La juventud es utilizada de fuerza de choque para bajar los salarios del conjunto de la clase obrera. Y no podemos permitirlo, ni por nosotros, ni por la clase obrera.

El Estado español invierte cada año más de dos mil millones de euros en estos cursos (aproximadamente la mitad dirigidos a gente en desempleo). Recientes tramas de corrupción investigadas demuestran que buena parte de ellos acaban en manos privadas por cursos que se imparten sin alumnado (entre otras triquiñuelas).

¿Sirven realmente estos cursos para que la juventud en desempleo encontremos trabajo, o sólo valen para engordar bolsillos de políticos y dirigentes sindicales corruptos o empresas corruptoras? Ese es el dilema que intentaremos abordar en estas líneas.

El desempleo es uno de los temas que más preocupa a la juventud de extracción obrera y popular. Los políticos y la patronal se llenan con buenas palabras diciendo que apostarán por medidas que generen empleo. ¿Pero que hay de cierto en todas estas aclaraciones?. Absolutamente nada. 

El capitalismo, según sus propias leyes naturales, necesita del paro y de la destrucción de fuerzas productivas para una posible solución en determinados ciclos de capital. Logicamente, se trata de una solución que beneficia unicamente a la patronal y no a la juventud de extracción obrera y popular, que cada día, se ve más abocada al paro y a la miseria. 

Con casi un millón de jóvenes emigrados de nuestro país y después de seis entregas con entrevistas a distintos jóvenes emigrados a Francia y Reino Unido, cerramos temporalmente la sección Explotados por el Mundo. Hemos pretendido reflejar la realidad laboral y social de gran parte de la juventud obrera que ante la falta de oportunidades no le ha quedado más remedio que hacer la maleta y marcharse en busca de mejores expectativas laborales.

La triste realidad es que la mayor parte de jóvenes que marchan en busca de un empleo no encuentran mejores condiciones laborales que las que ofrecen las ofertas laborales en nuestro país, y se demuestra que somos usados (igual que los empresarios españoles usaron a la inmigración en España) como mano de obra barata y precaria que presiona a la baja las condiciones laborales del resto de obreros autóctonos del país de destino.

Si algo enseña a los jóvenes emigrados su realidad, es que el capital no entiende de fronteras y la explotación a la clase obrera, si bien con matices, es la misma en todos los países capitalistas. Por este motivo, y atendiendo a la realidad de la emigración española, los CJC crearemos colectivos entre la juventud emigrada para organizar a los jóvenes que nos han tenido que abandonar en busca de un futuro mejor, abriendo la posibilidad de luchar más allá de nuestras fronteras, contra el capitalismo que nos expulsa y nos condena al destierro de nuestro país.

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