
Con la llegada de la primavera comienza a haber un auge de los festivales de música en todo el Estado, son de sobra conocidos nombres como el “Primavera Sound Festival”, el “FIB” y, especialmente, el “Viña Rock”. Estos festivales, algunos con referencias y carteles de grupos reivindicativos, tienen una cara oculta y es que cuando la cultura se convierte en negocio, el trabajo en estos festivales adopta unos claros tintes de explotación que aumenta exponencialmente ante la ilusión de muchos que participan en ellos de forma voluntaria.



















