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Jue18042024

Última actualización09:36:03 AM GMT


Por qué un joven estudiante de instituto tiene su puesto de combate en los CJC

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Convencerse de la importancia de formar parte de los Colectivos de Jóvenes Comunistas no es algo que suceda de la noche a la mañana. Es un proceso largo, con altibajos, a través del cual los jóvenes conocemos qué dice y qué hacen las diferentes corrientes ideológicas y organizaciones políticas juveniles que existen.

Para ejemplificar un poco cómo sucede, vamos a contar la historia de un joven de instituto con inquietudes políticas que empieza a participar en la asociación de estudiantes de su centro. En ella no solo están los CJC, sino también anarquistas, de la UJCE y comunistas que no están en nada porque ninguna organización les convence cien por cien.

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Recojo en este artículo la experiencia cotidiana de cualquier estudiante de instituto. Como es evidente, preocupado por su futuro, tanto en los estudios como en el trabajo.

Un joven que lee los portales de noticias, escucha las tertulias de la tele y que para informarse más se compra algún libro de esos llamados "revolucionarios", sin saber muy bien de qué ideología en concreto, pero sí alguno que hable de los problemas de la gente pobre, de los trabajadores, del pueblo...

En su instituto trata de estar un poco al tanto para ver qué compañeros comparten con él esas inquietudes. Habla con ellos a la entrada, a la salida, en el recreo o en los descansos, incluso opina en clase cuando surge alguno de esos debates sobre la sociedad.

Al ver que algún compañero de su clase, de su edad o de otro curso se mueve con algún tipo de asociación de estudiantes u organización política, se interesa un poco. Y si algún día hay convocatoria de huelga, por supuesto que la apoya, de hecho, vota a favor en la asamblea e interviene dando su opinión. A través de eso también conoce a otros compañeros de los que luchan, con los que puede hablar un poco de temas más profundos, que no siempre son fáciles de tratar con los amigos. Así, escuchando las palabras de unos y otros, termina por buscar algo más sobre las ideologías políticas. En las ideas de alguno de los compañeros de la asociación se ve más reflejado y toma a ese compañero como referente.

Tras una huelga, sobre todo al ver que el éxito podría ser mayor, empieza a participar más en la asociación. De esta manera logra tener más contacto con el resto de compañeros. Esto también le sirve para distinguir mejor qué opina cada uno: el de la UJCE que apoya a Izquierda Unida e incluso no termina de ver mal a Podemos, el anarquista que siempre se opone a que se vote y está preocupado constantemente por la represión del Estado, el que dice que es comunista pero que no está en ninguna organización comunista porque ninguna le gusta cien por cien y el de los CJC, la juventud del PCPE.

Al de CJC lo ve con cierta sospecha. Al principio tiene precaución con él porque los otros hablan mal de su organización cuando no está, diciendo que si los CJC son "estalinistas", que no quieren unirse al resto y son sectarios, que hablan de cosas que nadie entiende...

Pero el chaval lo único que sabe es que hay trabajadores y empresarios; lo que favorece a unos perjudica a los otros y su familia es de trabajadores. Piensa que, al fin y al cabo, un cambio real solo puede ser si cambia todo de raíz. Tanto rollo de las elecciones y aunque estén bien para dejar ver las propuestas, toda la gente dice que cuando llegan al gobierno hacen lo mismo que los anteriores.

Podemos, Izquierda Unida o ahora Ganemos dicen cosas diferentes del libro de Marx que compró. Él piensa que quizás sea porque han pasado muchos años desde que Marx lo escribió, pero tanta preocupación ahora por gobernar... ¿no se contradice bastante con el Manifiesto Comunista? ¿Cómo van a gobernar si el dinero lo tienen los banqueros? Vale que burgueses y proletarios suene un poco antiguo, pero ahora se dice empresarios y trabajadores, y es lo mismo.

De todas maneras, sí ve que los de CJC están siempre en la asociación proponiendo cosas. Es importante que la asociación tenga actividad y se repartan las tareas entre los que están. Algunos quieren estar siempre debatiendo en la asociación, se enzarzan en debates entre ideologías y al final lo de pasar por las clases para que los compañeros del instituto vengan a nuestras cosas nada de nada.

Por eso algo sí que termina simpatizando con ellos. Piensa que tienen propuestas claras.

Un día el que es de los CJC habla en una reunión de la asociación de formar un sindicato de estudiantes a nivel de toda España, criticando mucho al único que hay ahora, el Sindicato de Estudiantes, que él lo había visto en la tele pero nunca en su instituto. Dice que están intentando crear una especie de asociación o sindicato de estudiantes en la ciudad y, a las críticas que le hacen otros, les responde diciendo que no solo hay gente de CJC, sino muchos otros que no están en ningún sitio. Esto le parece muy buena idea y se propone preguntarle más en unos días.

Éste de CJC es el mismo chico que vio opinar por primera vez en la asamblea de la huelga y varias veces les había dado charlas sobre los recortes y la LOMCE, relacionándolos con la crisis del capitalismo. Él lo veía como alguien que sabía mucho.

Aunque a veces lo pensaba, eso de entrar en CJC así tan pronto... le parecía precipitado. Él no era comunista totalmente, aunque compartiera algunas ideas. Es que ser comunista está tan mal visto...

Pero entre de lo que ve en la asociación y algunas conversaciones con el de CJC aprende mucho. Por supuesto, enseguida los compañeros que están en otras organizaciones le dejarían cada vez más de lado y ya no le invitarían a sus actividades. Pero como tampoco se dejaban ver mucho porque justo la última huelga estuvieron en contra de que se hiciera, pues tampoco los tendría que aguantar mucho. Él piensa: ¿cómo se pueden oponer a una huelga tal como está la educación? ¿Es que no han visto el instituto?

Finalmente el chaval se decide a ir a otras movilizaciones no solamente estudiantiles. Por ejemplo a la concentración de los trabajadores de una fábrica que quieren cerrar echando a 250 a la calle. En las redes sociales ve que publican la convocatoria desde todas las organizaciones e incluso con carteles muy guapos, y gracias a eso se entera y le dice a otro amigo suyo de que le acompañara. Pero una vez allí ve que entre todas las organizaciones que habían difundido la concentración solo están los CJC con el PCPE.

Al estar el chico de su instituto, se pone con ellos y grita las consignas. Se sorprende de que sean los únicos que gritan, lo cual le decepciona un poco. Al final de la concentración los trabajadores dejan intervenir al PCPE y también oye de lo que hablan. Hablan de "comités de unidad obrera", de que los trabajadores se junten al margen de en qué sindicato estén o de si no están en ninguno, lo cual le gusta porque él en un par de años estará trabajando y ve el futuro negro.

Por lo que entiende de lo que hablan, los comunistas tienen una estrategia llamada "Frente Obrero y Popular por el Socialismo". Es como la suma de diferentes organizaciones en cada una de las cuales participan trabajadores, estudiantes, mujeres de clase obrera, vecinos... cada uno con sus luchas, pero intentando unirlas para acabar con el capitalismo.

Tras este contacto un poco más profundo con los CJC busca leer algo de Lenin, por probar qué dice aquel del que hablan tan mal siempre y al que apoyan los comunistas.

El anarquista y el de la UJCE le hablan muchas veces de mil ideas políticas diferentes, de lo importante que es ganar la "hegemonía". El de la UJCE le dice que hace falta la hegemonía porque es muy complicado hacer una revolución en el siglo XXI. El anarquista le dice que hay que hacer la revolución ya de ya. Y él se pregunta: ¿pero a dónde van unos y otros? A él estar debatiendo le gusta para aprender cosas y claro que cree que todos unidos mejor, pero viendo las diferentes opiniones en la asociación también se da cuenta que es imposible ponerse todos de acuerdo en todo.

No es lo mismo lo que dice el de la UJCE, que el anarquista, que el que es comunista pero no está en nada.

Justo éste un día le empieza a hablar de debates para conseguir la unidad cuando le pregunta qué opina de los CJC. Le dice que si hay que reconstruir el Partido Comunista y le habla de las experiencias comunistas durante el último siglo... No le entiende mucho pero por lo visto el otro dice que el PCPE se cree el único partido comunista cuando hay más. El chaval tampoco había visto en su ciudad otro, solo el PCPE y luego el PCE, que es donde está el de la UJCE y que siempre va con Izquierda Unida. Al final se mosquea un poco porque el que estaba hablando de clase obrera tanto el otro día no fue a la concentración de los trabajadores y se pasó todo ese rato criticando al PCPE por Twitter. También estaba un poco mosqueado con el de la UJCE, que tampoco acudió porque estaba en una reunión de Ganemos. A ambos les dijo de ir y ninguno acudió. Uno le dice que el PCPE es "revisionista" y el otro ha pasado a hablar solo de las elecciones y Pablo Iglesias.

Poco a poco le va gustando más el PCPE, aunque antes de dar el paso lo busca por Internet a ver qué opiniones tienen de él más personas. Y claro que se asusta un poco al leer. En un foro dicen que si el PCPE y los CJC son como una secta, luego un blog que si solo hablan de trabajadores y no de otras cosas, en otro que si luchan contra el capitalismo solo en las elecciones... Él no sabe mucho, pero sectarios no le parecen porque en su instituto los veía haciendo muchas cosas y fueron los únicos que fueron a la concentración. Con respecto a lo de que solo luchan por los trabajadores, pues si la mayoría del pueblo son trabajadores, hombres y mujeres, y aparte estudiantes que serán trabajadores en el futuro, pues le parece lo normal.

Más le preocupa lo de que solo lucharan en las elecciones y sobre eso pregunta a sus compañeros de la asociación. El anarquista le dice que presentarse a las elecciones no vale de nada y el de la UJCE que ya no ve posible una revolución como la rusa, que es más democrático cambiar las cosas mediante las elecciones. Vamos, uno y otro le dicen lo contrario de los CJC. Así que él se lleva la conclusión que no pensarán ni una cosa ni la otra.

Aun así esa duda le tiene preocupado y, a pesar de compartir las propuestas de los CJC en la asociación e incluso hacer algunas tareas en el sindicato recién creado, hasta que no pasan las elecciones no pregunta un poco más por los CJC, esta vez directamente a su compañero de instituto de los CJC. Eran tantas las cosas publicadas en Internet...

Por fin en las elecciones pude ver con sus propios ojos lo que de verdad hacen. Y ve que no dedican tanto tiempo a eso. Durante la campaña electoral ponen mesas en los barrios de la ciudad y dan unos cuantos mítines. No mítines en grandes locales cerrados, sino mítines abiertos en las plazas de los barrios y que se paran a escuchar los vecinos. Él mismo se encuentra una mesa en su barrio y le reparten un panfleto con el programa electoral, aún sin poder votar por no tener los dieciocho.

Una vez pasadas las elecciones decide hablar con el de CJC del instituto. Ya había conocido a otros más de CJC que estaban en el sindicato y hasta había estado tomando algo con ellos, pero la confianza la tenía más en él. Así es que quedaron a dar una vuelta y el de CJC empezó diciéndole que le preguntara lo que quisiera. Por supuesto que aprovecha para desahogarse diciéndole dudas sobre todo lo que había leído en Internet y las que le habían dicho los de otras organizaciones.

Lo primero que le responde es que es normal que le pareciera raro que hubiera tantas organizaciones, muchas de ellas que además se denominan comunistas. Pero le explica que unas –las que llama "reformistas" porque solo quieren reformar pequeñas cosas– están más preocupadas por las elecciones y otras –las que llama "izquierdistas" porque están alejadas de lo que piensa la juventud normal– solo piensan en discusiones con el resto de organizaciones. Según le dice, los CJC pasan de lo que dicen el resto porque lo único que les preocupa es si están más cerca de los jóvenes, los estudiantes y los trabajadores.

El chaval piensa que tiene bastante razón porque ya se había pegado muchas reuniones hablando de cómo ganar la "hegemonía", que si teniendo una televisión o una radio, que si teniendo un cargo institucional... y luego terminaban discutiendo entre ellos sobre cosas que la mayoría de sus amigos, compañeros de clase o familiares ni siquiera entendían.

Entonces sí, solo habiendo aclarado todas sus dudas decide entrar a militar en los CJC. Bueno, a premilitar primero, porque antes de ser militante hay que pasar un periodo de prueba para ver el compromiso.

Una vez dentro va conociendo a los camaradas que luego serán parte de su colectivo. Cada uno en su instituto, también proponiendo cosas en sus asociaciones y en el sindicato.

Claro, en las reuniones del colectivo también debatían, pero a diferencia de los del anarquista, el reformista y el izquierdista –ya va entendiendo el lenguaje marxista–allí hablan de cosas prácticas. No hablan de hegemonizar, sino de dirigir las luchas de la juventud.

Sin duda éste es el principal motivo por el que termina entrando a los CJC y la principal diferencia de esta organización con el resto. Los CJC no solo hablan, sino que hacen.

Para finalizar esta narración me gustaría pasar a hablar en primera persona, como miembro del Buró Político y no solo relatando un caso hipotético.

Existe una preocupación en la cabeza de muchos jóvenes que se acercan por primera vez a las ideas revolucionarias y de repente ven que hay una enorme cantidad de organizaciones que dicen ser las más válidas. Entonces muchos empiezan a mirar por Internet qué ideas defiende cada cual y según eso se acercan más a una o a otra.

Es completamente normal esto, pero se equivocan en una cosa: se equivocan en que valoran a las organizaciones por lo que dicen y no por lo que hacen. Por ejemplo, les parece más importante que en un foro todos digan que esa organización es perfecta a organizarse en la asociación de su instituto donde terminará por ver qué organizaciones existen realmente. Y si no existe una asociación de instituto, pues lo importante es que la forme.

A veces se creen lo que dice por Internet gente anónima y aunque en las movilizaciones vean a una organización como los CJC con el PCPE que sí están presentes y organizados, antes se encierran en los debates de las redes sociales a formar parte de un proyecto revolucionario que acumula fuerzas en el día a día.

Pues que sepan que no vale para nada. Eso que se dice de que hay que hablar menos y hacer más también se aplica a la política.

Y como estamos convencidos de que los CJC y el PCPE sí que están donde tienen que estar, por eso llamamos a que todos los jóvenes estudiantes de instituto con ideas revolucionarias tomen un puesto de combate en nuestra organización.


Adrián J. Bertol es Director de Tinta Roja.

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