Una guerra nunca se justifica desde lo económico, aunque este sea el principal motivo de que se den. Una guerra siempre se intentará justificar (¿?) desde el plano humanitario, apelando a una supuesta responsabilidad moral de ciertos países (generalmente los más ricos) y la necesitad de "exportar" su democracia a tiro limpio. Es aquí, cuando entran en escena ciertas organizaciones, que en el ideario colectivo se ven como "rebeldes" "progresistas" pero no son más que marionetas disfrazadas a manos del capital. Es el caso de Amnistía Internacional, entre otros, que es co-responsable directo de las últimas guerras del ya quemado planeta Tierra.