• EEUU envió a un promotor musical con la orden de reclutar a los grupos más conocidos
• Ejercían de impulsores y protectores de la protesta anticomunista en el rap
• La operación ha sido ya descubierta, desmontada e inutilizada

Hace pocos días salían a la luz los resultados de la investigación realizada en Cuba contra un nuevo intento de boicot, esta vez por vía cultural, de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). La operación, iniciada en 2009, se centraba en crear y dar impulso a un movimiento de rechazo al gobierno cubano a través de grupos de rap de la isla.

Para ello, los distintos agentes de la agencia ejercían de "cazatalentos" con jóvenes músicos en cuyas letras se encontrara algo de protesta contra el socialismo cubano; ayuda financiera, organización de festivales, grabación y distribución de discos, cuentas de Twitter e intentos de recabar apoyo por parte de famosos músicos cubanos, e incluso de la familia de Raúl Castro, formaban la mayor parte del entramado. Esto último, con la pretensión de normalizar la protesta que diera paso a un "cambio democrático" cada vez más clamado en las calles y en la música cubana.

En el detallado informe de la AP (Associated Press) viene explicado el largo proceso que EEUU pretendía comandar en la escena musical cubana, así como los diferentes artífices de la operación, los trucos utilizados para deslizar fondos a las asociaciones implicadas o el proceso seguido con el conocido grupo de rap Los Aldeanos, principal baluarte de la operación y cuyos integrantes residen hoy en Florida. Parece que los integrantes del grupo no eran del todo conscientes de ser parte de una operación a escala mayor dirigida por EEUU, sino que simplemente ponían sus letras de protesta (protesta pro-capitalista, se entiende) al servicio de una asociación musical cubana.

Tras años de investigación, y con ayuda de los poco profesionales métodos de los contratistas, la trama fue desmontada y la actividad de sus integrantes prohibida. Aldo, líder del grupo Los Aldeanos, dijo tener la conciencia tranquila al no estar directamente relacionado con el proyecto de la USAID. Los músicos o personajes públicos salpicados, como los propios Siívio Rodríguez o Mariela Castro (presidenta del Centro Nacional de Educación Sexual) mostraron su rechazo al proyecto que, sin ellos saberlo, los había intentado utilizar para normalizar la propaganda anticomunista.