- El Ministerio busca reformar el real decreto de 1991 para permitir mayor proliferación de las universidades privadas.
Las continuas noticias sobre el desmantelamiento de la educación pública contrastan con aquellas que reflejan el paulatino crecimiento de la Universidad privada. Desde 1997 en España se ha pasado de tener 12 campus privados a los 32 actuales mientras que no se ha construido ni un solo centro público nuevo.
Pero si los datos reflejan la profundización en el proceso de privatización de la universidad pública, a estos datos le siguen las medidas, los decretos y las leyes que cavan aún más hondo en la tumba de la educación pública. Desde el año pasado el Ministerio de Educación ya estaba trabajando en un real decreto para eliminar requisitos que existían en el anterior decreto de 1991, respecto a la apertura de nuevas universidades. Esto quiere decir que el decreto de 1991 contenía una serie de baches para el camino privatizador actual del gobierno, camino dirigido al aumento de la educación privada en detrimento de la educación pública. Las empresas tendrán aún más libertad para abrir centros privados aunque no cumplan con los requisitos básicos de la calidad docente.
En el borrador que ha publicado el diario El Pais, el Ministerio quita obligaciones tales como que las Universidades deban cubrir las distintas ramas del conocimiento (Humanidades, Ciencias y Tecnología), lo que permite un nivel muchísimo mayor de especialización educativa vinculada a un aspecto y tarea concreta dentro del mundo laboral, además de la proliferación de campus privados sin requisitos suficientes. El borrador incide además en que los nuevos campus cubran "las nuevas necesidades profesionales", es decir, los intereses de la patronal dentro de la educación. Ha habido ya pronunciamientos de que las últimas propuestas para abrir universidades privadas no cumplían con los requisitos del decreto de 1991, ante lo que el gobierno ha decidido escudarse en que la apertura o no apertura es competencia directa de las comunidades autónomas.
A expensas de que se confirme el borrador que aún está sujeto a modificaciones, lo que es evidente es que su resultado final no será más que otro golpe contra la posibilidad de formación para los estudiantes de extracción obrera y popular.
Fuente: El Pais
