Corea del Sur, a pesar de la imagen de los medios como idílico país vanguardia del progreso capitalista, arrastra de forma aún mas agudizada los problemas inherentes a este modelo económico. Obviando la explotación a la que se ven sometidos sus trabajadores a los que en numerosas huelgas y conflictos laborales vemos reprimidos con la mas absoluta violencia, sus jóvenes están a la cabeza mundial en porcentaje de suicidios.

Donde ya eran elevados, un estudio reciente ha revelado un preocupante aumento en el número de suicidios entre jóvenes en los últimos años. Unos 100.000 jóvenes surcoreanos de entre 9 y 24 años se suicidaron en 2012 y la cifra se ha incrementado en el siguiente año. La Oficina de Estadística de Corea del Sur identifica como causas principales del suicidio juvenil el estrés escolar y las dificultades económicas. También afirma que mas del 11% de los jóvenes se han planteado en algún momento quitarse la vida.

El sistema de educación surcoreano ha recibido críticas por fomentar en exceso la competitividad mediante una presión que roza lo insoportable para los jóvenes. No solo los jóvenes son objetivo de esta concepción competitiva de la vida los suicidios por estrés laboral y causas económicas sacuden a la población de todas las edades, lo que coloca a Corea del Sur a la cabeza mundial en porcentaje de suicidios entre su población con 29,1 casos por cada 100.000 personas según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

La visión sesgada de la sociedad surcoreana como utopía capitalista ofrecida constantemente por los medios burgueses en contraposición con el socialismo de Corea del Norte choca con una realidad donde los hijos de la clase trabajadora se quitan constantemente la vida ante las perspectivas económicas y la brutal competitividad impuesta por su sistema económico y social.