• Están imputados por delitos de detención ilegal y faltas de lesiones

El 19 de mayo de 2006 casi a las 4 de la mañana una patrulla de la policía local se personó en una calle de Castellón ante la llamada de unos vecinos por el alboroto causado por unos jóvenes.

 Hasta aquí los hechos que nadie discute. Tras la aparición de los policías comenzó una discusión con los jóvenes, en el relato de estos, que acabó con un bofetón de un policía a un joven, un puñetazo a otro, la introducción a la fuerza en un coche patrulla de un tercero y un fuerte golpe contra la pared. En total, tres policías implicados (ya que se acercó también otra patrulla) en el caso por dos delitos de detenciones ilegales y cuatro faltas de lesiones. 

 La policía, por su parte, niega los hechos y habla de un ‘’trato exquisito’’ a los jóvenes que estaban armando ‘jaleo’. Pero la fiscalía no parece compartir esta versión de los hechos ya que pide nada más que 6 años de prisión para tres policías, 30 días de localización permanente para uno de ellos por tres faltas de lesiones y 10 días de localización permanente para los dos restantes por la falta restante de lesiones. Finalmente también los jóvenes han sido acusados de una falta contra el orden público y la Fiscalía pide 400 euros.

 Los jóvenes declararon sentirse maltratados y humillados en comisaría. De hecho uno de los puñetazos fue recibido en dependencias policiales.

 Independientemente del jaleo o existencia o no de la falta contra el orden público aparece de nuevo una noticia del trato de la policía hacia los jóvenes. En este caso no existe un trasfondo político pero puede observarse como incluso en las actividades más cotidianas de los cuerpos de represión del Estado estos actúan al margen de toda legalidad y sobrepasando sus funciones; clara consecuencia de la inmunidad con la que saben que cuentan.