La crisis económica se encuentra en un momento mucho más profundo en Grecia,  la descomposición del sistema capitalista condena a miles de jóvenes a una precariedad vinculada a tres aspectos fundamentales. 

Si en 2008 la tasa de desempleo juvenil en Grecia era de 20’2%, al final del 2012 se encontraba ya en un abultado 43'63. Junto a la epidemia del paro, la inseguridad del mercado se agrava en estos años especialmente entre los jóvenes políticamente comprometidos, cerca del 32% de la juventud politizada se encuentra en situación de desempleo.  

 Con el primer Programa de Ajuste Económico en 2011, el nivel salarial se redujo en un 32% en el Convenio Colectivo General de la Nación para los trabajadores por debajo de 25 años, dejando el salario mínimo en 510’95€ brutos al mes, lo cual significa que los jóvenes actuales se encuentran en una situación de incapacidad para reponer su fuerza de trabajo aun con empleo estable.  

 A esto se suma una situación de tensión dentro de la segmentación del mercado laboral, siendo los empleados de empresas privadas, y más especialmente los de pequeñas empresas, los que sufren la "anarquía flexible" que existe en el sector del trabajo, con continuos despidos amparados por leyes formales a nivel laboral que no se cumplen. Para los trabajadores del sector público los despidos masivos son menos habituales, sin embargo los recortes en términos salariales han sido especialmente duros durante los últimos años. 

 Esto por supuesto se ha manifestado en los votos y en las propuestas políticas de los jóvenes. Si en 2007, las principales fuerzas políticas de la burguesía, el PASOK y Nueva Democracia, obtenían cerca del 65% de los votos, en las elecciones parlamentarias de 2012 Nueva Democracia conseguía el 18% mientras que el PASOK bajaba al 4,1%.