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Vie19042024

Última actualización09:36:03 AM GMT


Las familias obreras ya no pueden ni pagar las derramas

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Hace poco me llamó la atención un artículo publicado en el periódico 20minutos sobre la dificultad que tiene el 40,9% de la población española para afrontar el gasto de una derrama necesaria para llevar a cabo obras de conservación y/o mantenimiento en una comunidad de vecinos.

Si analizamos los datos por provincias, nos encontramos con el 55% en el caso de los andaluces, lo que significa que en la comunidad más poblada de España más de la mitad de los poseedores de un piso no puede afrontar derramas. Les sigue de cerca Murcia con un 53,3% y el ranking lo encabeza Canarias con un 64,1%. En cuanto a Madrid, la población que no puede hacer frente a las derramas se sitúa en torno al 37,8%, aunque en la capital española no son estos los peores datos, sino que las exiguas ayudas que la comunidad autónoma ofrece a los propietarios para el mantenimiento de sus viviendas (unos 4000 euros como MÁXIMO), no se han abonado a ninguna de las más de 25.000 familias madrileñas solicitantes de la ayuda y que llevan esperando, algunas desde el año 2001 con el argumento de que aún no se ha terminado de pagar el plan anterior, firmado antes del 2013.

Otro dato a tener en cuenta sobre la noticia que nos atañe es la morosidad. Los índices de morosidad siguen subiendo, a un ritmo de 2,73%, llegando a tener una morosidad en torno a 1854 millones de euros. Pero, ¿Quiénes son los principales morosos? No son otros que las entidades bancarias, que acumulan el 23,9% de estas facturas.

La actual crisis capitalista, que lo único que genera es pobreza, paro y aumentar en cada contrato de trabajo la precariedad y temporalidad de los empleos, aumentando a cada año estas escandalosas cifras y recayendo sobre la clase trabajadora la losa de la peligrosidad por no poder mantener debidamente sus pisos. Sin ir más lejos, la mayoría de los pisos construidos en la época de los años 40 y 60, que, evidentemente necesitan un mantenimiento más inmediato debido al tiempo que llevan construidos, son los más golpeados. ¿Y quién vive en esas viviendas? No es otra que la clase obrera, que debido al incesante asfixio que el capital la somete a través de la privatización de la educación, de la sanidad, bajando los sueldos a niveles impensables, aumento de jornadas laborales sin su debida remuneración o a sueldos miserables, relegan y dejan en segundo plano un gasto "extra" como puede ser el mantenimiento de su vivienda, lo que supone una pérdida de la calidad de vida del obrero.

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