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Jue18042024

Última actualización09:36:03 AM GMT


Algunas líneas de evolución salarial durante la crisis

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El salario refleja en buena medida las relaciones de explotación a las que nos somete la clase capitalista. Al estudio de su evolución durante los años de crisis dedicaremos el presente artículo.

El salario es un reflejo de las condiciones en las que la clase trabajadora vende su capacidad para producir bienes y servicios a quienes tienen los medios para hacerlo (los dueños de las empresas), a cambio de una determinada cantidad de dinero. De ese trabajo, el capitalista obtiene unas ganancias, de las cuales los trabajadores sólo perciben una pequeña parte, siendo el resto apropiadas por el capitalista (en lo que se conoce como plusvalía).

El valor que se le otorga a esa fuerza de trabajo, viene determinado por la reproducción de dicha fuerza, es decir, los medios de vida indispensables para que podamos seguir produciendo al día siguiente (alimentos, vestimenta, una vivienda...). Aunque esto no podemos entenderlo a título individual, ya que no comprenderíamos los muchos casos en los que se carece de estos elementos más básicos. Tenemos que verlo desde una óptica de clase: si les dejamos, la clase capitalista tiende a imponer unos salarios que reproduzcan exclusivamente la fuerza de trabajo que necesitan para sus empresas. Si "sobran" trabajadores, no tienen reparos en pagar por debajo de estos umbrales mínimos.

La determinación del salario, por tanto, es algo unido íntimamente a la lucha de clases. Si la burguesía se cree con fuerza para reducir el salario a su antojo, lo hará, como estamos viendo, y si la clase obrera es capaz de organizarse y luchar unida, puede revertir esa tendencia.

Recientemente, el Instituto Nacional de Estadística publicaba una nueva Encuesta Anual de Estructura Salarial. En ella podemos observar a grandes rasgos la evolución que han tenido los salarios en estos últimos años. Tomamos como referencia en año 2008 para analizar su evolución hasta el año 2013 (últimos datos publicados) y sintetizamos a continuación algunos de sus resultados. Nos centraremos en analizar someramente las ganancias respecto al Salario Mínimo Interprofesional (SMI), para pasar a analizar las ganancias medias de la juventud, así como las diferencias entre contratos temporales e indefinidos, y entre a tiempo completo y parcial.

Aumenta un 5% el porcentaje de trabajadores que cobran por debajo del SMI, pasando a ser el 13'8% de trabajadores asalariados. Entre las mujeres este porcentaje se eleva cinco puntos más, hasta el 18'62%.

Entre los menores de 20 años, la ganancia media anual se redujo en cerca de 2.500€, hasta llegar a los 7.500€ anuales. Para los jóvenes entre 20 y 24 años han perdido una cantidad media similar, quedándose en los 10.668€ anuales. Entre 25 y 29 han perdido cerca de 2.000€, ganando de media anual 15.500€ en el 2013. Vemos con estos datos que la juventud ha sido el sector que mayor poder adquisitivo ha perdido con la crisis, ya que a nivel general el salario medio ha aumentado (unos míseros cientos de euros en seis años, pero ha aumentado). En los otros intervalos de edades apenas hay transformación significante entre 2008 y 2013, excepto en el intervalo de edad más de 65 años, donde la ganancia se reduce en aproximadamente 2600 euros.

También cabe destacar que entre estas edades (20-30 años) ya se perciben unas diferencias salariales medias que oscilan entre los 2.000 y 3.000€ entre hombres y mujeres, pero esto no es algo que se atenúe con la edad, sino que se agudiza.

Por otra parte, también podemos encontrar una variación significativa en función del tipo de trabajo. Entre 2008 y 2013, el salario medio percibido en virtud del tipo de trabajo –trabajos temporales o de duración indefinida- varía en función del sexo. De esta manera, en el trabajo de duración indefinida, aumentan las ganancias en casi mil euros, representando un aumento de 600 euros para las mujeres, respecto a un aumento de 1439 euros para los hombres. Por otro lado, el trabajo temporal evoluciona a la inversa: las ganancias se reducen en 500 euros para las mujeres, y en 804 euros para los hombres.

De esta encuesta del INE se extrae que aumenta la brecha entre trabajadores temporales e indefinidos. En el 2008 los primeros cobraban de media un 68'8% de lo que percibían los indefinidos, mientras que en el 2013 cobran un 63'4%.

Por otro lado, el trabajo a tiempo completo presenta un aumento de ganancias (hasta 3000 euros entre el periodo de 2008 y 2013), mientras que el trabajo a tiempo parcial se expone como el tipo de contrato más precarizado, presentando unas ganancias que no varían significativamente en el tiempo (a pesar de que en la encuesta no se reflejen los contratos a tiempo parcial en los que el trabajador cobra como tal pero trabaja como uno a tiempo completo).

A modo de conclusión, podemos afirmar que la crisis capitalista se ha cebado especialmente con la juventud, que ha visto precarizarse sus condiciones laborales (al ser un sector donde predomina el trabajo temporal y a tiempo parcial) y deteriorarse su poder adquisitivo. Sería interesante, por otra parte, cotejar estos datos con el aumento del coste de vida, de los beneficios de las grandes empresas, etc. para obtener una visión más amplia de la explotación. Pero en cualquier caso, la organización de los trabajadores y trabajadoras por la defensa de nuestros salarios y condiciones de vida es la solución para pararles los pies, antes de que nos tengan a todos trabajando por una miseria.


Antón Ferreiro es miembro del Comité de Redacción de Opinión de Tinta Roja.

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