Kevin Álvarez
“En nombre de los más sagrados intereses del pueblo, en nombre de la patria, los llamo a ustedes para decirles que tengan fe, la historia no se detiene ni con la represión ni con el crimen.”
- Salvador Allende, septiembre de 1973 -
Aunque los medios de comunicación de medio mundo fijen su atención estos días en los atentados de la maratón de Boston y saquen a la luz fotografías de las víctimas, y den a conocer sus nombres mostrando el duelo de sus familiares y amigos, hay quienes no podemos dejar de estar alerta ante la situación que se está dando en Venezuela tras las elecciones presidenciales del pasado 14 de abril y en las que obtuvo la victoria Nicolás Maduro. Y es que por mucho que aparezca en nuestras pantallas una madre llorando a su hija, una muchacha inocente que, fruto de la casualidad, ha resultado muerta en un misterioso y trágico atentado terrorista, y aún a riesgo de parecerle a alguien insensible, tal imagen me deja completamente frío cuando al mismo tiempo otras víctimas, éstas fruto no de la casualidad sino de una reacción organizada, son calificadas por los medios de comunicación de “causas de un clima tenso en el país”.