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MMA "de chicas"

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Después de entrevistar a Alicia, capitana y portera del Rayo Vallecano que me contó su experiencia en el fútbol profesional, estuve reflexionando si habría algún deporte donde a nivel profesional las mujeres se equiparasen a los hombres. No buscaba gimnasia rítmica o natación sincronizada pues están casi vetadas al terreno masculino. Quería analizar un deporte típicamente de hombres donde las mujeres no fuesen complementos o categorías de segunda si no eventos centrales, y en eso apareció el UFC 190.

La pelea de la noche no era la de Minotauro Nogueira contra Struve. El título no era Silva contra Palelei si no "UFC 190: Rousey vs Correia". El deporte en más expansión actualmente en su competición de más renombre tenía el apellido de dos mujeres en la cabeza de cartel.

Pero para facilitar a quien lee explicaré con más detalle. El UFC es la competición de artes marciales mixtas o MMA por sus siglas en inglés "mixed martial arts" más afamada. Nació de mano de Rorion Gracie, practicante de brazilian/gracie jiujitsu que quería comprobar qué arte marcial era más efectivo. Las MMA son un deporte de contacto donde en reglas generales se trabaja el golpeo con cualquier parte del cuerpo y el "grappling" o lucha de proyecciones y en el suelo. Se gana noqueando al/la oponente o por sumisión es decir, realizando una llave que estrangule o que luxe una articulación.

Como podría imaginarse es un deporte cargado culturalmente de dosis de testosterona, el inició fue ver quién era el más fuerte y mejor y el desarrollo posterior no ha cambiado un ápice. Como deporte de contacto tiene agresividad y riesgo físico, roles asociados normalmente a la masculinidad.

El primer evento de UFC fue en 1993 y la primera vez que compitió una mujer en 2012. Esa mujer era Ronda Rousey. Judoka de formación llegaba de ser bronce olímpico con Estados Unidos en 2008, de hecho la primera mujer en conseguir una medalla olímpica en judo para ese país. Había logrado lo más alto en su deporte y estaba angustiada pues tenía que hacer horas extras para pagar sus facturas en una cafetería hasta altas horas de la noche con la dificultad añadida de preparar sus entrenamientos olímpicos. Es el capitalismo, mientras en Cuba los deportistas olímpicos tienen todas las facilidades que necesiten para entrenar y obtener medallas en cualquier deporte, en los Estados Unidos medallistas tienen que dejar de entrenar para trabajar. Así comenzó a entrenar artes marciales mixtas, para que su gran capacidad deportiva fuese un trabajo y no un mero hobby.

Casi sin saber golpear entró en Strikeforce (otra competición de MMA) en 2011. Ronda es fuerte y tenaz, cuando le ves pelear ves judo. Una posición firme, una mirada fija, una concentración total. Al principio de sus peleas cuando no sabía pegar bien soltaba un par de golpes para cerrar la distancia con sus adversarias y finalizarles con una llave de brazo lo que le valió el nombre de "la coleccionista de brazos". En el capitalismo todo es un producto y Ronda se convirtió en otro, la UFC quiso ficharla en su liga e incorporar peleas de mujeres como entretenimiento para la pelea de la noche pero Ronda cambió sus planes.

Ahora ella manda. Ya sabe golpear, mucho y muy bien. Sigue practicando un judo impecable, mucho más bonito que el capado olímpico. Las peleas duran lo que ella quiere. Solo Miesha Tate consiguió aguantar más allá del primer round. Normalmente no pasan del primer minuto. Ronda elige entre pegar más o menos tiempo a sus rivales. Las MMA están manchadas de falta de respeto y deshonor, se trata de ser el más duro y para ello se emplean las palabras más feas. Las chicas también lo hacen, entonces Ronda elige. Si le respetan ella conecta un par de golpes, las proyecta magistralmente al suelo y les finaliza por sumisión con llave de brazo. Si le faltan el respeto ella les hace daño y luego les finaliza. Este sábado pasado Correia que había faltado mucho el respeto a Ronda fue severamente castigada al noquearla en 34 segundos. Eso no ya no se ve en el UFC "de chicos". Ronda se queda sin peleadoras y a muchas personas nos gustaría que se enfrentase a hombres. Que le diesen la oportunidad de demostrar (más si cabe) que las mujeres no son débiles, que no deben estar haciendo de "rounds girls" si no de peleadora estrella.

Rousey además ha actuado en tres películas y ha posado para Maxim. Es la mejor luchadora del momento (en mi opinión la mejor de su categoría y de la masculina) y no deja de ser tremendamente sexualizada. ¿Alguien se imagina a Muhammad Ali siendo exageradamente sexualizado? No, pero sin embargo en cuanto una mujer destaca en el deporte además se valora si resulta o no atractiva. Lo peor es que a ella le gusta ese papel.

Ronda ha roto barreras. Sin quererlo ha demostrado que las chicas no son frágiles princesas si no furiosas luchadoras, que el deporte femenino cuando se apuesta por él tiene la misma calidad que el masculino.

En el capitalismo Ronda no dejará de ser una mercancía, por lo que no será apreciada exclusivamente por sus habilidades deportivas, pero de momento ha conseguido algo que las deportistas de los países socialistas gozan desde hace mucho tiempo, la misma consideración profesional que los hombres.

 


Pedro Pérez es redactor de Tinta Roja.

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