El Casal Tramuntana, famoso en Cataluña por ser la tapadera social de diversas organizaciones fascistas, ha cerrado el antiguo entresuelo donde estaban en el barrio de Clot para trasladarse a un local con acceso desde la calle en el barrio de la Verneda. Es un salto cualitativo en la estrategia del fascismo que intenta ganarse a sectores juveniles, de la pequeña burguesía en proceso de proletarización y del lumpenproletariado para ejercer como perro de presa de la burguesía.
No hay que cerrar ninguna vía para torpedear el trabajo de los fascistas, pero una solución completa solo puede pasar por la organización popular en respuesta y el trabajo de concienciación para que la clase obrera y los sectores populares entiendan que una salida nacionalista solo beneficiaría a los explotadores, y que la única salida favorable es la expulsión de estos mismos.