Tratar de definir qué es el fascismo y cómo afecta este a la juventud resulta en nuestros días algo igual de complejo que de urgente. Desde los oportunistas de izquierdas y su determinismo económico hasta los de derechas y su vinculación de fascismo y violencia, el coro de voces oportunistas de diversa índole desvirtúa continuamente las formas vivas y frescas del análisis marxista. Este articulo busca servir como introducción de las formas que tuvo históricamente el fascismo de penetrar en la Juventud del Estado español para que su estudio nos permita combatirlo acertadamente en la actualidad.
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El componente altísimo de reacción que caracteriza al movimiento fascista no nos debe hacer ver este únicamente como un movimiento de respuesta ante el ascenso revolucionario, como un simple movimiento de "guardias blancos" [1], sino como un complejo fenómeno que ante la profunda crisis económica, política e ideológica de la clase dominante se extiende en sectores de la masa y acaba representando los intereses inmediatos del capital monopolista más reaccionario.
La base social fundamental del fascismo la compone la pequeña burguesía radicalizada en tiempos de crisis. Esta pequeña burguesía se siente atraída entre otras cosas por el aspecto chovinista y su mistificación de la patria, aspecto a través del cual se niega la lucha de clases. Si leemos lo escrito por José Antonio Primo de Rivera en la única edición de "El Fascio" publicada el 16 de marzo de 1933 dice: "La patria es una unidad total, en la que se integran todos los individuos y todas las clases (...) la patria es una síntesis trascendente, una síntesis indivisible". Y muy vinculada a esta visión unos renglones antes de la anterior cita señala acerca de su propuesta de Estado: "En cuanto a su forma, el Estado no puede asentarse sobre un régimen de lucha interior, sino sobre un régimen de honda solidaridad nacional" [2]. Ante una crisis parlamentaria y una lucha entre distintas facciones de la burguesía, como estamos viviendo ahora mismo, el fascismo propone la unidad en torno a la nación, unidad que solo beneficia al desarrollo sin competencia del capital financiero pues le permite reorganizar el Estado en su beneficio, sin necesidad de disputas en el parlamento ni partidos políticos; y que a su vez atrae enormemente a una pequeña burguesía en rebelión que rememora el pasado corporativo.
¿Y cómo influye esto a la juventud? Si hemos dicho que no es una mera reacción sino que el fascismo germina dentro de las propias masas, esas masas atraídas hacia el fascismo son esencialmente aquellas a las que los comunistas no han sabido fundir con el socialismo científico. Dimitrov decía al respecto: "No hemos valorado correctamente los intereses particulares económicos, políticos y culturales de la juventud. Tampoco hemos prestado la atención necesaria a la educación revolucionaria de la juventud." [3] Junto a ello, la situación de gran parte de la juventud, aun ajena al propio proceso productivo, hace que la penetración del fascismo sea mucho más sencilla en esta capa social, ejemplo de ello es la creación impulsada por Falange del Sindicato Español Universitario (SEU) el 21 de Noviembre de 1933 como "principal órgano de defensa estudiantil ante los atropellos del Frente Popular en la Universidad" [4]. Era de hecho recurrente que el fascismo español se dirigiese de manera muy particular a la juventud, en "La conquista del Estado" Ramiro Ledesma dice lo siguiente: "¿Quien debe formar las J.O.N.S? Toda la juventud española que haya logrado evadirse del señoritismo demoliberal y del putrefacto jardín Marxista, y sienta vibrar con pasión la necesidad de reintegrarse al culto de la Patria"
Manuel Valdés, uno de los primeros militantes del SEU, señalaba: "en el Zenit de la lucha, la Falange vivía casi exclusivamente a base de la estructura de sus cuadros universitarios". El fascismo español se nutría esencialmente de los jóvenes estudiantes universitarios e imitaba en sus formas organizativas a los "Gruppi Universitari Fascisti (GUP)" italianos y a la "Liga Nacionalsocialista de Estudiantes Alemanes (NSDStB)". Durante la guerra, el que era solo un minoritario grupo estudiantil dirigido por los falangistas, se integrará dentro del plan de reorganización del bloque de poder, reacción, explotación de los trabajadores y extensión imperialista de la aun joven oligarquía española, para la que la república del Frente Popular era un estorbo en pleno desarrollo monopolístico. Así, a diferencia de en Italia o Alemania, la Falange y sus estructuras de masas aun no estaban lo suficientemente desarrolladas como para ser la única fuerza política del capital financiero, que necesitaba de una unión de fuerzas reaccionarias, principalmente del ejercito. El 21 de Noviembre de 1937 el Gobierno de Burgos aprueba los nuevos estatutos del SEU, pasando este a unificar todas las tendencias que apoyaban el alzamiento del ejército. El SEU se convierte entonces directamente en fuerza de choque contra el pueblo trabajador español, pasando sus dirigentes a ser oficiales del ejercito sublevado.
Tras la victoria de la reacción franquista, el SEU se transforma en el único organismo de organización y control del alumnado en la universidad y donde toda la autoridad emana del Jefe Nacional del Movimiento, el general Francisco Franco. Como afirmaba J.M.Guitarte, Jefe Nacional del SEU "El sindicato intervendrá en la organización de la nueva Universidad, porque tres años de guerra le dan derecho a ello" [5]. El SEU pasa a ser una estructura plenamente inmersa en el Estado al modelo de Sindicato Vertical fascista. El SEU es, a partir de 1939, un aparato ideológico, represivo y de poder estatal en la universidad, ejemplo de ello es la importante cifra de estudiantes que nutrieron las filas de la "División Azul" en su guerra bajo las ordenes de Hitler contra el gobierno obrero de la URSS.
El SEU sin embargo, no será la única estructura que muestra cómo el fascismo pre-estatal trata de constituir un fuerte movimiento de masas entre la juventud: Aunque con muchos menos éxitos, a través de la Central Obrera Nacional Sindicalista se buscaba organizar a la juventud obrera en los centros de trabajo. La CONS pasaría a integrarse en la Organización Sindical Española, sindicato vertical franquista.
Hoy en día vemos también como la principal punta de lanza del fascismo entre las masas es el movimiento estudiantil, con estructuras como Respuesta Estudiantil o Liga Joven. El papel de la Juventud Comunista se torna fundamental para no permitir el ascenso de este enemigo constante y creciente: llegar a las masas juveniles y que de ellas mismas se desprenda la necesidad del socialismo-comunismo es el mejor antídoto contra el ascenso fascista. Esta en nuestras manos que nuestra clase jamás vuelva a padecer la barbarie del régimen franquista, está en nuestras manos destruir el viejo mundo y construir el nuevo, para no sufrir más ni los clarososcuros ni los monstruos.
Notas:
[1] En su informe al III Plénum de la III Internacional en Junio de 1933, Clara Zetkin señalaba: "El fascismo no es en absoluto la venganza de la burguesía contra el proletariado que se insurrecciona (...) es más un castigo porque el proletariado no ha sabido proseguir la revolución".
[2] http://www.filosofia.org/hem/193/fas/index.htm
[3] Jorge Dimitrov - La ofensiva del fascismo y las tareas de la Internacional en la lucha por la unidad de la clase obrera contra el fascismo
[4] http://falange.es/contenido/historia/
