Bastante gente se hecha las manos a la cabeza cuando opinamos que el uso que hace la juventud del alcohol y las drogas constituye un problema de salud pública; siendo, en realidad, la continuación de aquel problema del caballo en los 80 y 90, la cocaína y los porros de los 2000... No resulta un problema tan evidente cuando no hay un elevado número de muertes en nuestra generación, pero la alarma aparece cuando aparecen las muertes: mismamente, el pasado mes de noviembre en San Martín de la Vega (Madrid) fallecía una chica de 12 años por coma etílico.