Se acerca el final del año. En estas fechas solemos salir con nuestros amigos, juntarnos con la familia o cenar con los compañeros del trabajo y de clase. En cada uno de estos encuentros siempre hay una pregunta que emerge: "este año, ¿cómo te ha ido?".
A los jóvenes comunistas cuando respondemos a esta pregunta se nos hace inevitable no pensar en las luchas que ha enfrentado el pueblo trabajador y su juventud. Al fin y al cabo llevamos todo un año fundiendo nuestros intereses personales y vitales con los intereses colectivos de la clase a la que pertenecemos y defendemos. Y eso nos cicatriza.
2015 ha sido un año duro para los trabajadores y trabajadoras. Los capitalistas se han pasado todos los años centrales de la crisis capitalista atornillando y engrasando la vieja máquina de los recortes laborales y sociales. Ha sido durante este año cuando hemos comprobado con más virulencia cómo la máquina del capital, a pesar de ser ya una antigualla inútil para nuestros intereses, aún funciona gracias a los ajustes que no hemos conseguido frenar.
Así, hemos sufrido la Ley Mordaza, expresión más concentrada de la voluntad de las clases dominantes de ejercer su dominación con una violencia hasta hoy desconocida por todos nosotros. De boca en boca y de multa en multa hemos podido conocer algunas de sus consecuencias – ocultadas metódicamente por los mass-media.
Les hemos respondido. Cada golpe recibido ha sido un boomerang contra la maquinaria capitalista. La Ley Mordaza ha conseguido que todos seamos Alfon, los ocho de Airbus, los cinco de Arcelor, los cinco mineros de Cerredo, los más de 300 sindicalistas represaliados o los 50 de Kukutza, entre los que se encuentra nuestro camarada Markel. Lo que no nos destruye, nos hace más fuertes. Y hoy los que luchamos estamos más vivos que nunca.
Durante este año las luchas de la clase obrera, y especialmente su juventud, han estado a la cabeza de la movilización social. Coca-Cola, Movistar, las BRIF, Everest, Valeo, Maya o la minería asturiana y leonesa son sólo algunos de los ejemplos de combatividad y unidad obrera que nos ha dejado este 2015. Especial mención para nuestros compañeros de Coca-Cola que, tras año y medio de lucha huelguística entre presiones y amenazas de la empresa, han demostrado que se puede vencer a un gigante del capitalismo.
Este hito nos marca el camino y será el pistoletazo de salida de un nuevo tiempo en el cuál, gracias a la coordinación de todas las luchas y su intensificación, los trabajadores nos encontraremos en la pole position de la lucha de clases.
En lo relativo al ámbito estudiantil aún tenemos presentes las exitosas huelgas del 26 de febrero, del 24 de marzo y del 22 de octubre. La LOMCE y la Estrategia Universidad 2015 aceleran la privatización y elitización de la educación. El estudiantado, junto a nuestros profesores y otros trabajadores de los centros educativos, hemos decidido decir basta e iniciar la ofensiva.
Durante este camino de combates los estudiantes estamos construyendo una nueva herramienta de lucha, un sindicato estatal que unifique el programa, la estrategia y la acción de nuestras asociaciones estudiantiles de base. Ante el inmovilismo del Sindicato de Estudiantes, la pasividad de Estudiantes en Movimiento y, sobre todo, la graduación de los objetivos de ambos en contra de una verdadera educación pública y gratuita, ha nacido el Comité Estatal de Coordinación del que participan asociaciones de todo el Estado español. Sin lugar a dudas del avance de esta estructura dependerá el éxito de los objetivos de los estudiantes durante los próximos años.
Pero este año no sólo hemos luchado en nuestros centros de trabajo o estudio, este año también nos ha tocado bregar en nuestros barrios por nuestros derechos democráticos, en defensa de la salud pública, de la vivienda, de espacios gestionados por y para nosotros, de un ocio saludable, de un deporte popular, de unos barrios limpios de racismo, de una sociedad en la cual la mujer esté liberada. También hemos luchado contra el imperialismo y la guerra, las movilizaciones en todo el país contra las maniobras de la OTAN en suelo español han servido para organizar la respuesta de nuestro pueblo contra la mayor preparación guerrerista de la historia.
He hablado de muchas luchas, de mucha organización, de mucho trabajo e ilusión colectiva. Pero si hiciéramos balance... ¿hemos ganado o perdido? En algunos casos la victoria en relación a nuestros objetivos ha sido total, en otros parcial, en otros casos hemos perdido y en muchos otros seguimos luchando. Pero de cada piquete, de cada concentración, de cada reparto, de cada pancarta colgada o de cada consigna cantada siempre hemos salido victoriosos. ¿Cómo es esto posible? Porque en cada una de estas expresiones de lucha hemos ganado en experiencia, en organización y en la elevación de nuestra conciencia colectiva como parte del pueblo trabajador. Cada una de estas luchas obreras, estudiantiles y vecinales han sido semillas de las que ya han brotado nuevos jóvenes luchadores, nuevos sindicalistas y nuevos comunistas.
Cuando me pregunten estas Navidades "y este año, ¿cómo te ha ido?" yo les responderé que "en el 2015 reímos, lloramos y sobre todo luchamos".
Ezequiel Blanco es miembro del Buró Político de los CJC
