Muchas de nuestras actividades como jóvenes giran en torno al centro comercial. A él vamos para divertirnos, comprar o comer. Esto hace que en el barrio se pase menos tiempo. Los pequeños comercios han cerrado y ahora compramos en multinacionales. ¿Por qué ha ocurrido esto? ¿Qué es lo que ha impulsado este cambio?
Para todos es lo más habitual del mundo quedar un día con los amigos e ir a un centro comercial. Aparte de climatización para combatir el frío o el calor dependiendo de la época del año, en los centros comerciales encontramos un sinfín de servicios, todos concentrados, mediante los cuales podemos cubrir prácticamente todas nuestras necesidades.
Por poner varios ejemplos. Si queremos disfrutar de un rato de ocio, podemos ir al cine, a la bolera o incluso hacer escalada en instalaciones habilitadas para ello. Si lo que necesitamos es comprar ropa, podemos encontrar gran variedad de tiendas, cada una con un estilo propio según nuestros gustos. Si en cambio queremos comprar comida, disponemos de un supermercado o hipermercado en el que podemos encontrar todos los productos de alimentación que necesitemos sin salir del recinto. Si queremos pasear o simplemente pasar el rato, disponemos de sofás o bancos para charlar con los colegas. Y si queremos comer, podemos hacerlo en alguno de todos los restaurantes que nos ofrecen diferentes tipos de comida.
En definitiva: ¡todas las necesidades de un joven reunidas en un mismo sitio! Sin tener que moverse demasiado, sin pasar frío o calor, pudiendo ir al baño en cualquier momento. Es tan cómodo que muchas veces preferimos subir con el coche o el autobús al centro comercial antes que pasear por nuestro barrio o por el centro de la ciudad.
De acuerdo, lo que estoy describiendo es muy evidente. Todos lo hemos vivido y lo vivimos. Muchos os estaréis preguntando: ¿por qué nos habla de esto este tío?
Lo primero que quiero es que os fijéis que esto no siempre ha sido así, es decir, ha habido un cambio. Preguntad a vuestros padres. Antes la vida no giraba en torno a un centro comercial. En la mayoría de los barrios había un par de calles donde estaban casi todas las tiendas y que se llenaban de gente a las horas puntas de día. Si querían divertirse y no tenían la casa libre, casi siempre se iban al parque o se quedaban en las calles, haciendo lo que fuera.
Por eso es necesario que nos preguntemos: ¿qué ha pasado para que haya cambiado así? Usando palabras más elaboradas: ¿qué proceso social ha sucedido desde la generación de nuestros padres para que haya cambiado la forma de vida?
Para esto también nos sirven los análisis de los teóricos del marxismo, sobre todo los de Lenin. Lo que ha pasado desde nuestros padres es que el capitalismo se ha desarrollado aún más. Cada vez las propiedades – las tiendas, los mercados, los bares – han ido quedando en menos manos. Ahora el propietario de la tienda de ropa ya no es el vecino del séptimo; ahora es propiedad de unos accionistas desconocidos que tienen las cuentas en las islas Caimán.
El capitalismo se ha desarrollado. Ha pasado de ser un capitalismo repartido entre muchos pequeños negocios a un capitalismo concentrado a nivel mundial en unos pocos monopolios. Me refiero a esas multinacionales que se reparten el mundo, a lo que llamamos "imperialismo".
¿Esto qué ha provocado?
En primer lugar, que muchos de los antiguos pequeños propietarios hayan tenido que cerrar y pedir trabajo para las multinacionales como asalariados. Usando de nuevo palabras elaboradas, diríamos que esa pequeña burguesía se ha proletarizado (los pequeños propietarios se han convertido en trabajadores). O, en otro caso, se han visto obligados a que su negocio dependa completamente de las multinacionales, ya sea porque quienes les proveen sus productos son multinacionales o bien por que los precios de venta son marcados por las multinacionales. De una manera u otra, han terminado dependiendo de multinacionales.
En segundo lugar, que las zonas de consumo se hayan llevado a las afueras. Lo cual se ha producido porque a los monopolios les interesa mucho más tener sus establecimientos concentrados en un mismo sitio y dentro de los barrios es muy difícil construir. Así tienen muchos más clientes y nosotros tenemos mucho más fácil comprar, pero tenemos que ir hasta allí.
En tercer lugar, muy relacionado con lo segundo, que la forma de vida de la población haya quedado centralizada en los centros comerciales. Como a los monopolios les interesa tener todo concentrado, para consumir nos vemos obligados a ir a los grandes centros comerciales de la periferia. Así casi todos los movimientos de la población quedan centralizados en unos mismos sitios.
¿Ahora ya habéis entendido hacia dónde quería ir?
El capitalismo tiene la capacidad de modificar cosas tan visibles como nuestros hábitos cotidianos.
Y el motor que impulsa el capitalismo es la lucha de clases. Por eso al comerse los monopolios a los pequeños propietarios el capitalismo se transforma.
Ha quedado claro. Quienes hablan de que no hay clases sociales, se equivocan.
Y aún podríamos ir más allá. Este proceso de concentración del consumo en los centros comerciales ha modificado hasta la idea que tenemos de los barrios. Ahora en los barrios ya no hay vida, son lo que se llama "barrios dormitorio". Los vecinos salen por las mañanas a trabajar, vuelven por la tarde y, en muchas ocasiones, cuando quieren comprar, estar un rato de ocio o incluso comer se desplazan a los centros comerciales.
Por eso, ¿acaso no podemos afirmar que hoy en día el centro comercial es el centro de nuestra vida?
Adrián J. Bertol es miembro del Secretariado del Comité Central de los CJC
Nota:
El hecho de que se haya producido una transformación de un capitalismo de pequeños negocios a un capitalismo de monopolios y que esto haya tenido las consecuencias que he señalado en el artículo, no quiere decir que debamos tener una nostalgia por el pasado y queramos volver a una época anterior. La historia no echa marcha atrás. La concentración de la propiedad hace más necesario y fácil que se colectivice, pues las multinacionales son sociedades anónimas de un puñado de sanguijuelas que esclavizan a la mayoría social.
