Recogemos la experiencia de un joven obrero que renunció al trabajo que tenía porque le ofrecían otro con mejores condiciones en otra fábrica. Pero, una vez comunicó a la fábrica donde trabajaba que dejaba el puesto, la otra se echó para atrás en la contratación. Así ha quedado sin un empleo ni otro, en el paro. Y aún podría haber sido peor si no hubiera terminado el contrato temporal con el que estaba, pues con la baja voluntaria el trabajador se queda sin derecho a subsidio por desempleo.
Como lección: mirar todo, aprovechar la información sindical útil y no fiarse nunca de la patronal, además de organizarse para contar con la ayuda de otros trabajadores más veteranos y experimentados.