En uno de los países con más macrofestivales del mundo, el verano es una época clave. En la agenda de cualquier pandilla entran uno o dos festivales al año, y si el dinero y las vacaciones lo permiten, uno será seguro en verano. No obstante, todos aquellos que han trabajado en cualquiera de ellos sabrán qué hay detrás en muchas ocasiones: horribles condiciones, turnos que cambian, sueldos que bajan e incluso, que se cuentan por entradas y no por dinero.