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Vie19042024

Última actualización09:36:03 AM GMT


Las Olimpiadas en el capitalismo. ¿Qué aportan a la clase obrera?

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Los Juegos Olímpicos generan una gran expectación siempre que se celebran cada cuatro años y pone a la ciudad que los organiza en la primera plana de todos los medios de comunicación no solo en su país sino en todo el mundo pero... ¿Realmente a los trabajadores de dicha ciudad le beneficia la celebración de las Olimpiadas?

Intentaremos con este artículo aportar una serie de datos no solo desde el punto de vista del coste de la organización de un evento tan faraónico sino también las alternativas que se han dado históricamente para darle un carácter más obrero a la competición.

La supuesta rentabilidad de las Olimpiadas, ¿Rentable para quién?

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Frecuentemente a la hora de justificar los tremendos gastos que suponen organizar eventos de un calado tan grande se alude al beneficio que aporta a "toda" la ciudad la celebración del evento en dicho lugar, evidentemente ese supuesto beneficio no es para toda la población sino para una gran cantidad de empresarios que ven una inversión enorme para construir las distintas infraestructuras necesarias así como para dar alojamiento en enormes hoteles y restaurantes lujosos a los ricos turistas que vienen a los Juegos Olímpicos.

Todos estos capitalistas se frotan las manos cada vez que las distintas ciudades pujan por ser sedes de los Juegos Olímpicos ya que empiezan a construir sin conocimiento inflando los presupuestos más y más gracias a que el Estado, suele pagar en torno un tercio de los gastos. ¿Y de dónde sale el dinero para pagar estas infraestructuras? Evidentemente de la política fiscal y más hoy por hoy que con el Euro es la única manera que tienen los distintos Estados de la UE para modificar su política económica. Esta política fiscal supone un aumento agresivo de los impuestos a la población traduciéndose esto en un empobrecimiento general de la clase obrera que lejos de beneficiarse de un supuesto evento deportivo que debería ser motivo de orgullo acaba viendo como su situación económica se deteriora hasta la ruina.

Un ejemplo que sigue latente es el de los JJOO de Atenas en 2004, que fue un cúmulo de despropósitos por parte de los dirigentes del país heleno ya que fue una convocatoria que bajo la máscara de devolver los Juegos Olímpicos a su lugar de origen se disfrazó una gran cantidad de tramas de corrupción llegando a inflar el presupuesto de los juegos un 50%1 y provocando una deuda que aún hoy se sigue pagando siendo señalada por muchos analistas como el motivo principal de la grave crisis económica que azota a Grecia hoy en día2.

Aquí vemos como se siguen empeñando en traer unos Juegos Olímpicos a Madrid, en una situación en la que la clase obrera española está con el agua al cuello sufriendo reformas laborales cada vez más restrictivas a la vez que ven como los empresarios que dicen que no tenían dinero para pagarles están dispuestos a dejarse querer por el gobierno madrileño para invertir en las convocatorias ya fueran en 20163 o en 20204.

Es por todos sabido que la convocatoria en Madrid fue un fracaso y no salió elegida en ninguna de las dos ocasiones viendo como 8000 millones de euros caían en un supuesto "saco roto"5 o lo que es lo mismo: 8000 millones de euros de la administración pública son desviados al sector privado.

Las Olimpiadas Obreras, una manera de protestar contra la mercantilización del deporte

Entre los años 20 y 30 del siglo pasado, en respuesta a la mercantilización que estaba sufriendo el deporte y a modo de protesta los obreros de distintos países empiezan a celebrar unas olimpiadas diferentes, al margen del negocio en el que se estaban convirtiendo y basadas en los valores del compañerismo, la amistad y la confraternización de los trabajadores independientemente de sus países de origen.

En estas Olimpiadas Obreras no se tocaban las enseñas de las distintas nacionalidades siendo la Internacional y la bandera roja la que representaba a todos los atletas, como muestra de esa condición internacional de los trabajadores de todo el mundo.

Estas Olimpiadas no exaltaban la figura del atleta profesional sino que veían el deporte como una superación y una exaltación del compañerismo entre trabajadores. Los atletas de las Olimpiadas Obreras criticaban a las Olimpiadas tradicionales de tener un carácter burgués, de buscar un nacionalismo exacerbado en lugar de la confraternización entre trabajadores en busca de la paz entre ellos frente a las pugnas entre las élites de cada país.

Estas Olimpiadas fueron 4: Frankfurt 1925, Moscú 1928, Viena 1931 y Amberes 1937, donde fue especialmente ovacionada la delegación española que consiguió llegar a pesar de haber comenzado la Guerra Civil.

También se proyectó el realizar una Olimpiada Popular en Barcelona, en julio 1936 como respuesta a las Olimpiadas que celebró la Alemania Nazi ese mismo año pero se tuvo que cancelar debido al comienzo de la guerra, para más información puedes consultar los artículos que se publicaron en Tinta Roja al respecto de ésta Olimpiada Popular

Evidentemente los comunistas no estamos en contra de los eventos deportivos como las Olimpiadas siempre y cuando éstas no estén subyugadas a los intereses de los capitalistas de cada país. Los comunistas siempre defenderemos el deporte como forma de compañerismo y superación de los obreros de todos los países.

Notas:

[1] Peligro, peligro... Juegos Olímpicos en Madrid

[2] Los Juegos Olímpicos, ¿gasto o beneficio para la ciudad sede?

[3] Los empresarios de Madrid apoyan la candidatura de Madrid 2016 en las Olimpiadas de Pekín

[4] A la 'caza' de patrocinios para Madrid 2020

[5] Madrid entierra 8.000 millones de euros en su empeño por albergar los Juegos


Cristian Ferrer, Subdirector de Ocio y Cultura de Tinta Roja

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