El posible levantamiento de imputación de De Guindos junto con otros 25 encausados o las declaraciones del supervisor y el técnico de guardia del Samur-Protección Civil, arrojan más luz a una caso que ejemplifica la catástrofe capitalista a modo de tragedia.
Nuevos datos e informaciones se suman al montón de trágicas a la vez que execrables noticias que rodean lo ocurrido el día 1 de Noviembre de 2012 en el pabellón Madrid Arena. "Al bien hacer jamás le falta premio" decía Cervantes, y bien saben eso todos los políticos y altos cargos públicos que por el beneficio del empresario Miguel Ángel Flores están causando tanto sufrimiento a los amigos y familiares de las fallecidas. Lo cierto es que la tragedia del Madrid Arena sigue siendo hoy un hecho incomodo para el Ayuntamiento de Madrid que trata de mantener a medio cerrar para que no se conozcan y exploten todas las miserias de los culpables de este caso.
La Agencia EFE, publicaba el pasado día 21 que El técnico del Samur-Protección Civil Jesús Jiménez, ha ratificado ante el juez que se encontró a tres de las jóvenes en parada cardiorrespiratoria sin ser atendidas por la enfermería del recinto. El trabajador y testigo de lo ocurrido aquel día ha corroborado lo dicho por el informe del supervisor de guardia del Samur-Protección, Antonio San Juan: que Simón Viñals, responsable de la asistencia médica del Madrid Arena, no realizó ningún tipo de práctica médica durante los acontecimientos pues se encontraba a la entrada del recinto vestido de traje y sin ninguna intención de socorrer a las jóvenes.
Simón Viñals fue concejal en el Ayuntamiento de Madrid en 1987 ocupando el puesto sexto de las listas de Alianza popular, del que Alberto Ruiz Gallardón dijo: "Representaba los nuevos aires que corren en el partido". En 1989 fue designado como responsable de Sanidad en el Gobierno municipal. Entre su magnifico curriculum aparece, entre otra gran cantidad de cosas, la privatización de la funeraria municipal y el espionaje a los trabajadores que protestaban contra ella; o la acusación de malversación de fondos antes de su retiro del cargo (aunque la Audiencia Provincial exculpo a Viñals). El septuagenario médico se encontraba al cargo del dispositivo médico de Diviertt, empresa organizadora de la fiesta de Halloween y propiedad de Miguel Ángel Flores, empresario con el que Viñals ya había colaborado en numerosas ocasiones. El dispositivo médico estaba formado por dos auxiliares y el hijo del propio doctor Viñals, que es también funcionario público.
Sin embargo, este complejo entramado no es si no la punta del iceberg de un conjunto de relaciones entre el empresario Miguel Ángel Flores y distintos cargos públicos que durante años han favorecido sus negocios y enormes beneficios a costa de la seguridad de cientos de jóvenes; además de los mencionados anteriormente destaca por ejemplo, el exjefe de la Policía Local de Coslada Ginés Jiménez, conocido por una famosa trama de corrupción dentro de la policía de Coslada.
Flores era propietario de negocios inmobiliarios, salas de fiesta, una discográfica... contando con cerca de veinte sociedades y el uso prácticamente exclusivo del Madrid Arena que le permitía el Ayuntamiento. Actualmente el que fuera uno de los más reconocidos empresarios de la noche madrileña, lleva sus enormes negocios a través de terceros para evitar que salgan a la luz todas sus prácticas mafiosas en la gestión de las empresas. De cara al exterior la "Sala Pirandello" o la "Sala Marco Aldany" son gestionadas por López Langa, mientras que sin embargo los beneficios siguen corriendo caudalosos a sus propias cuentas; todo ello para evitar posibles pesquicias judiciales.
La noche de del 31 de Octubre (cuando fallecieron Katia Esteban Casielles, Cristina Arce, Rocío Oña, Belén Langdon y María Teresa Alonso) Diviertt, empresa de Miguel Angel Flores, había alquilado el Madrid Arena para una fiesta de Halloween. El Madrid Arena cuenta con un aforo límite de 10.620 personas, Flores dijo ante el Juez que la cantidad de asistentes era de 9.600, cuando lo cierto es que en la investigación las entradas vendidas rondaban las 16.791; algo habitual de los empresarios de la noche para maximizar los beneficios. A pesar de esto, y de que Miguel Ángel Flores tenía grandes deudas con la seguridad social, el Ayuntamiento de Madrid, con la señora Ana Botella a la cabeza, no dudo en extender la pluma para la firma del contrato de Alquiler. Por mucho que en la actualidad el Ayuntamiento esté tratando de destituir y dejar en un segundo plano a muchos de los participantes directos en aquella tragedia, (Entre los principales nombres: Pedro Calvo, José Rivero o Jorge Rodrigo) no hay forma de tapar lo que huele tanto.
Lo cierto es que aquella noche fue un cúmulo de despropósitos del ayuntamiento y la empresa de contratación, el Madrid Arena es un pabellón con enormes deficiencias en seguridad y que a pesar de ello se seguía utilizando, no se avisó en ningún momento desde la vicealcaldía al departamento de Emergencias y Protección Civil, se utilizaron los accesos no habilitados del pabellón y se contrataron un numero ridículo de miembros de seguridad para un evento que se sabía masivo por parte de la empresa y del ayuntamiento. A pesar de ello, nos enterábamos hace unos días que el Juez Palop, magistrado que instruye la causa del Madrid Arena, tiene pensado levantar la imputación del exconcejal De Guindos, así como de otros 25 encausados con cargos municipales, al igual que la decisión de simplemente adoptar medidas cautelares con Flores, lo que le permite libertad para seguir llevando en la sombra todos sus negocios.
La ocurrido en el caso del Madrid Arena, la muerte de cinco jóvenes, es una trágica manifestación de lo que significa todo el engranado político capitalista. Una manifestación de cómo la corrupción, los favores interesados y las peligrosas acciones por el beneficio de un puñado de empresarios, son una parte endémica del propio sistema que tiene dentro de su ADN poner en peligro la vida de cientos de jóvenes simplemente por llenar los bolsillos de empresarios como Flores, que gustosamente corresponden después a los favores de sus compadres con cargos públicos. "Al bien hacer jamás le falta premio" y este es el bien hacer capitalista, una barbarie.
Javi M. Rodríguez es miembro del Comité de Redacción de Tinta Roja.