Los jóvenes estamos completamente inmersos en el ocio tecnológico. ¿Qué ventajas y desventajas tiene? ¿Cómo se refleja en nuestro día a día? ¿Cómo afecta a nuestras relaciones sociales? En el siguiente artículo daré algunas claves para responder a estas preguntas.
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La juventud está completamente inmersa en el uso de la tecnología. En 2014 el 90,3% de jóvenes de 15 años disponía de un móvil, y el 96% usaba internet regularmente. En 2015 es una tarea difícil encontrar a un joven sin WhatsApp o Facebook, y casi imposible si hablamos de encontrar a un joven que no use internet de forma regular. Todos hemos tenido la típica conversación con amigos en la que comentamos que "los niños ya no van a jugar a los parques", que "los chavales ya no salen de casa con tanta tecnología" o que "han aprendido antes a usar una Tablet que a escribir". Se puede ver claramente cómo la juventud, desde que tiene uso de conciencia, tiene un acceso casi ilimitado a las nuevas tecnologías. Esto se debe, en gran parte, a que para los padres, con una jornada de trabajo extenuante, les es muy cómodo comprarle un móvil a su hijo y tenerlo entretenido. Y esto repercute directamente en su desarrollo personal. Esta realidad queda reflejada en muchos factores de la vida diaria de los jóvenes en España, y el ocio es uno de esos factores que más afectado se ve.
Vemos como el ocio en la juventud ha cambiado drásticamente y hay una brecha entre aquellos que nos criamos en los parques de los barrios obreros con juegos de tipo colectivo, como el fútbol, los cromos y los tazos, y aquellos que se crían en casa, pegados a un móvil, una Tablet o jugando en el ordenador. Antes esperábamos con ansia a que llegaran las cinco de la tarde para bajar a jugar con nuestros amigos y ahora los chavales esperan con ansia que se acabe la cola del League of Legends para poder entrar a la partida. Con esto no pretendo demonizar el uso de las nuevas tecnologías en la juventud, pero si denunciar el carácter marcadamente individualista de las nuevas formas de ocio que predominan en la juventud. Porque a estas alturas se puede afirmar que la tecnología interviene en el ocio de los jóvenes de forma predominante.
Por otra parte, la tecnología también cala en el humor. La aparición de los memes como forma de describir situaciones cotidianas se ha hecho viral. Estos han evolucionado de los primeros dibujos lineales, como la cara de Yao Ming, a la aparición de páginas con millones y millones de seguidores como "Thug Life" con vídeos cortos de humor. A todos nos ha pasado que cuando nos ocurre una situación parecía a la de estos vídeos nos viene a la cabeza ese vídeo o incluso su hilo musical.
Por último, el ocio digital también afecta en gran manera a las relaciones sociales. Es una obviedad que prácticamente todo joven tiene creado un perfil en una red social y lo usa a menudo. La gran mayoría de jóvenes entra todos los días a revisar su perfil de Facebook a ver las novedades y muchos otros tuitean sus actividades diarias de una forma compulsiva. Un ejemplo personal es una amiga que tiene 48000 tuits es su cuenta que creó hace 3 años, o lo que es lo mismo, una media de 43 tuits cada día. Es un caso extremo pero que se puede ver en cada vez más y más jóvenes. Queda en evidencia que existe una tendencia a que cada vez más jóvenes utilizan la redes sociales como principal vía para sus relaciones sociales, perdiendo en gran parte habilidades sociales que se obtienen al relacionarnos en persona con otros.
Y es que como decía al principio del artículo, estamos inmersos en el uso del ocio digital. Tan inmersos que en los jóvenes a veces se convierte en abuso, ya que España es el país de Europa con un porcentaje mayor de jóvenes con riesgo de adicción a internet, un 21,3%. Y lo más doloroso de este dato es que es palpable y todos conocemos a alguien que cabe en esta definición.