Entrevista: ¿Qué nos jugamos los jóvenes la huelga educativa del 9M?

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¡Se acerca el día de la huelga general educativa! Para este 9 de marzo, la Plataforma Estatal por la Escuela Pública ha convocado una jornada de movilizaciones en la que estudiantes, profesores y profesoras, madres, padres y, en definitiva, el grueso de la comunidad educativa, están llamados a vaciar las aulas y a llenar las calles. Por este motivo, en Tinta Roja entrevistamos hoy a Javier Martín, responsable de Estudiantes de los Colectivos de Jóvenes Comunistas, quien nos hablará con más detalle de esta convocatoria.

TR: ¡Hola, Javier! El 9 de marzo la comunidad educativa se moviliza y nos gustaría que explicaras por qué protestan y qué reclaman los y las estudiantes, en concreto. ¿Qué se pretende conseguir?

JM: ¡Hola! Efectivamente, estamos ante una jornada de huelga histórica donde por fin, después de tres años sin una convocatoria unitaria, los trabajadores y trabajadoras, las AMPAS y los estudiantes, caminan juntos contra las políticas de privatización. A grandes rasgos podríamos decir que lo que la Comunidad Educativa reivindica es la retirada del recurso del PP ante el Tribunal Constitucional y la derogación definitiva de la LOMCE, acabar con decretos como el 3+2, así como revertir todos los recortes que han empeorado la calidad de la enseñanza, las condiciones laborales y las posibilidades de acceso de miles de estudiantes.

Los estudiantes por supuesto se suman a esta reivindicación y además de ello reclaman el fin de las prácticas no remuneradas, un caballo de Troya contra el alumnado que bajo el tapiz de la "formación" o el "aprendizaje" esconde la explotación y el trabajo a veces hasta gratis de muchos estudiantes. Reclamamos a su vez que es necesario frenar todas las agresiones a la escuela pública, agresiones innumerables durante los últimos años (masificación de las aulas, privatización de servicios, subida de tasas, subidas del precio del material y transporte, recortes en becas, recortes en la financiación) y que sin embargo, con el llamado Pacto Educativo, se quieren mantener y profundizar.

TR: ¿De qué se trata el pacto educativo del que últimamente se habla en los medios de comunicación? ¿Está relacionada de algún modo la huelga del 9M?

JM: Por supuesto. Por acuerdo del Congreso hay una subcomisión de elaboración de un Gran Pacto de Estado Social y Político por la Educación. Su función es, a grandes rasgos, buscar una Ley Básica que regule todo el sistema educativo durante los próximos años sustituyendo a la LOMCE. Lo que ocurre es que en el texto de esta iniciativa ya se incluía como objetivo de dicho pacto lo siguiente: alcanzar los objetivos educativos europeos recogidos en la Estrategia Educación y Formación 2020 de la Unión Europea"

La ET 2020 es un marco estratégico con aplicabilidad a los estados miembros de la UE, un paso más en su plan de mercantilización de la educación, algo fácilmente comprobable en afirmaciones como la siguiente: La Educación debe responder a las exigencias de una sociedad y un mercado laboral en transformación, aumentando las capacidades y el capital humano de Europa y reforzando su contribución al crecimiento económico" Es decir, reforzar al máximo el carácter de la educación como herramienta al servicio de las grandes empresas.

El Pacto Educativo es un pacto más de la Patronal que PSOE, PP y Ciudadanos nos han querido vender como la quinta esencia del consenso cuando se ha dado completamente de espaldas a la Comunidad Educativa y no es más que otra vuelta de tuerca a la privatización. Ninguna ley que siga los mandatos de la UE, organismo que ha dirigido todo el proceso de privatización de nuestra educación que con tango gusto han aplicado los gobiernos precedentes, puede ser una ley en beneficio de los intereses de la mayoría de la población. Pero es que ninguna ley dentro de los marcos socioeconómicos capitalistas puede satisfacer plenamente las necesidades y deseos del pueblo, por eso es necesario luchar por cambiar el control de la educación, que en vez de estar al servicio del empresario y de sus títeres políticos, este bajo el control popular, bajo el control y al servicio del pueblo trabajador.

TR: El gobierno anunció que aplazaba y dejaba las reválidas sin efecto académico y a día de hoy la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) está paralizada. ¿Significa esto que dicha ley está ya tocada de muerte?

JM: No, por desgracia no. En noviembre se aprobó por mayoría en el Parlamento iniciar los trámites para paralizar la LOMCE, una medida que se encontró con la oposición de la comunidad educativa y de los profesionales educativos. El PP no está de acuerdo con la paralización, que sería efectiva hasta que se alcance el Pacto Educativo, por lo que ha decidido llevarlo al Tribunal Constitucional.

La LOMCE sigue viva. Muchas de sus partes ya se están aplicando y el PP quiere forzar por que se siga con el calendario de implantación hasta que se llegue al tan mencionado pacto. Huelga decir que en la subcomisión el PP buscará además que el pacto incluya muchos elementos de su propuesta de Ley Orgánica. Con la LOMCE no queda otra cosa que su derogación absoluta, mandarla directa al basurero como una de las peores leyes educativas de la historia de este país.

TR: Hemos escuchado que la del 9M está llamada a ser una huelga histórica. ¿Por qué?

JM: Creo que eso depende completamente de nosotros y nosotras. Es decir, la huelga ya de por sí tiene un carácter histórico por volver a juntar en una sola lucha a toda la comunidad educativa, algo que era urgente y necesario. Pero que dentro de unos años recordemos este 9 de marzo como una fecha histórica, depende totalmente de nosotros y nosotras, de si somos capaces de transformar esta jornada en el comienzo de un movimiento organizado, de un ciclo de luchas que rebase por completo las dinámicas actuales.

Lo que quiero decir con eso es que para que la comunidad educativa pueda realmente plantar cara y lograr victorias frente al gobierno que privatiza la educación en favor de los intereses de los grandes empresarios, es necesario, en primer lugar, ser conscientes de que la defensa de nuestros derechos no es algo que se pueda delegar, que somos nosotros y nosotras los que tenemos que organizarnos, llenar las calles y luchar para defender lo nuestro y para alcanzar nuevos objetivos. Siendo conscientes de eso, lo segundo es romper con el sistema de huelgas cíclico y empezar a marcar un calendario de movilización donde la huelga sea la herramienta más fuerte que tiene la comunidad educativa como parte de todo un plan de lucha y organización coordinado y a la ofensiva. En tercer lugar unidad, mucha unidad, pero unidad a nivel de base, de cada centro, entre todos los sectores de la educación. Cambiar las coordenadas del sindicalismo de los despachos a la base, a la lucha diaria y constante, a la unidad y combatividad. Y unidad no solo de la comunidad educativa, es necesario revincular nuestra lucha al resto de sectores obreros y populares, entender que la defensa de la educación no es una cuestión de un sector en concreto, sino un asunto de enorme importancia para todo el pueblo trabajador. El conflicto es el mismo: la clase obrera y el pueblo frente a aquellos políticos que nos condenan a la miseria en beneficio de los intereses de los monopolios. Sea en la educación, en la minería, en los puertos o en una asociación de vecinos.

Eso haría a la convocatoria histórica: ser el comienzo de la ofensiva.

TR: ¿Cuál será el papel de los diferentes sindicatos estudiantiles en esta huelga?

JM: Creo que depende del sindicato. Si hablamos por ejemplo del Sindicato de Estudiantes, su papel será el mismo de siempre: tratar de ser la cara de una convocatoria que no han preparado ni organizado a nivel de base. Figurar en una pancarta y ante los medios únicamente, no es sindicalismo.

Otras estructuras o sindicatos, como por ejemplo el FdE, creo que deben aprovechar la convocatoria para reforzar su unidad con los trabajadores y AMPAS, para dar un enorme paso hacia delante en su crecimiento y lucha contra la privatización, para encontrar un altavoz del verdadero sindicalismo, el que lucha día a día por los derechos del estudiantado a nivel estatal, a nivel de base y de manera constante.

TR: ¿Cómo valoras que se trate de una huelga donde participan trabajadores de la educación y estudiantes, y no solo estos últimos?

JM: Muy positivamente, claro. La Plataforma Estatal por la Escuela Pública, que es la estructura convocante, tiene representación de los diversos sectores y representantes de la comunidad educativa. Que todos se hayan puesto de acuerdo para caminar hacia esta fecha en la misma dirección es muy positivo. Ahora bien, es insuficiente. Es necesario que no sea algo temporal, del momento, sino que después del 9M se consolida y materializa esa unidad donde realmente tiene utilidad, a pie de aula y a pie de centro.

Creo que la huelga del 9M ha abierto caminos muy interesantes que tenemos que continuar transitando. Se han creado comités de huelga, se han mejorado los contactos entre los representantes de estudiantes y trabajadores/as en cada centro, se han convocado asambleas conjuntas, se han debatido reivindicaciones y programas unitarios... y es necesario consolidar y afianzar esa unidad en el día a día.

TR: Entonces, en definitiva, ¿qué se juega la juventud la jornada del 9M?

JM: Lo primero mostrar al gobierno que hay una juventud que no se va a dejar pisotear y que está comprometida con transformar radicalmente las cosas, con tirar por tierra sus medidas y construir una educación al servicio de la clase obrera y el pueblo. Nos jugamos iniciar un ciclo nuevo de movilización, reforzar y ampliar nuestras estructuras y sindicatos y afianzar nuestra unidad. Nos jugamos nuestro futuro, que quieren que sea de miseria a través de leyes como la LOMCE o pactos de despachos que siguen los mandatos de la UE. Nos jugamos la lucha de todos los que antes que nosotros se jugaron hasta la vida por tener algunos de los derechos que hoy tenemos y nos quieren arrebatar. Durante los 70' solo un 8'4 % de los estudiantes accedía a la educación superior. Quedaban fuera los hijos e hijas de las familias trabajadoras. Si hoy las condiciones son un poco mejores es gracias a la lucha de los que nos precedieron. Nos jugamos que no nos arrebaten todo eso y no conservarnos con las migajas, luchar por mucho más: nos jugamos que sea el pueblo el que empieza a ganar. El 9 de Marzo volvemos a llenar las calles con el aliento de lo que fuimos y con la convicción de lo que seremos.

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