Joy: revisión del mito de Cenicienta

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Mujer de clase media, ama de casa, divorciada y con dos hijos. Vive con su abuela, su madre, que se pasa el día viendo culebrones en la televisión , su ex marido y con su padre. Retrato de una vida dedicada por y para la familia y la casa, hasta que un día Joy, interpretada por la actriz de moda, Jennifer Lawrence, decide llevar a cabo aquello con lo que sonaba de pequeña : ser inventora. Basándose en el cuento de la Cenicienta , Joy parece ser la infinita vuelta de tuerca del sueño americano, pero ¿hay algo mas detrás?

«¿Qué nos ha pasado ?», pregunta Joy a su mejor amiga al recordar aquella fiesta de su juventud, «¿qué nos ha pasado ? » se pregunta entre pesadillas. Joy no es feliz, y eso le quita un sueño. Nos encontramos con un personaje que pudiese parecer un esperpento, siguiendo el tono cómico que a veces reina en el film, pero el espectador crítico sabe bien que esa existencia de encargarse de todo en la casa, de ser fontanera a la vez que lavandera, cocinera y chofer es la realidad de millones de mujeres en todo el mundo, mujeres explotadas que son las piedras angulares de sus hogares sin recibir nada a cambio.

Joy no es feliz, y por eso se lanza a inventar una fregona, que no hay que tocar para escurrir, que absorbe mejor que ninguna y de la que puede extraerse el cabezal para lavarlo y volver a reutilizarlo. Es una fregona que solamente su experiencia de ama de casa pasándose la vida fregando suelos le ha permitido crear. A partir de ahí, el film es una odisea de patentes, engaños, timos, intermediarios, prestamos, bancarrotas, hasta que el director de un canal de teletienda (Bradley Cooper) le da una oportunidad a Joy y esta sorprende batiendo los récords de ventas.

A través de esta historia de superación como fiel ejemplo del american dream, en verdad vemos la crueldad de una sociedad consumista : « no quiero que la gente se gaste 20 dolares en una freguna una vez, prefiero que se gasten 5 dolares 50 veces » decía un representante de una marca a la que acude Joy, explicando el principio de la obsolescencia programada. Vemos también la ruina que significa para miles de personas que caen en el sueño emprendedor (y no solo en EEUU) y que, por no tener ni los contactos, ni el dinero, solo son victimas del sistema y son desplumados : « el negocio es tuyo y la deuda también », explicaba el personaje de Cooper ante el primer fracaso de la fregona de Joy.

En Joy vemos que la máxima de "en América todas las razas y todas las clases tienen las mismas oportunidades y se dan la mano" no es todo cierta, situación que se complica con la introducción de la dimensión de género en la historia. En efecto, Joy, como mujer, había sido criada bajo palabras como « irás al colegio, conocerás a un buen hombre y con él tendrás unos hijos preciosos » Encontramos un panorama desolador en este sentido en el que Joy ni una sola vez se rebela ante comentarios claramente machistas como « estaba aburrida y tuvo una idea...vuelva a casa con su familia », incluso de la parte de su padre : « le hice creer que era algo más que un ama de casa sin empleo »

Por todo esto, la película de David O. Russell es algo mas que una revisión del mito de la Cenicienta, mostrándonos la verdadera cara del sueño americano, evidenciando la corrupción policial, el alto coste de la Justicia, la alienación, el consumismo, la caducidad de los productos, la falta de piedad, la desesperación. La película tiene un final feliz, pero eso es lo de menos. En fin, tenemos ante nosotros una importante moraleja: en este juego ya hay perdedores y ganadores de antemano establecidos, y mientras los dominantes fijen las reglas, siempre habrá dominados a sus pies.

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