Este mes desde Tinta Roja recomendamos Regresión, la nueva película de Alejandro Amenábar. A pesar de ciertas críticas negativas recibidas este thriller policiaco merece una oportunidad, su apuesta por mezclar el cine de terror y policiaco con una interesante reflexión sobre la sociedad religiosa de Estados Unidos la hace cuanto menos interesante. Sin ser una película con un gran contenido social o de clase sí que acierta en algunas de sus críticas.
De la mano de un gran reparto con Emma Watson y Ethan Hawke como protagonistas Amenábar nos sumerge en una historia basada en hechos reales sobre un padre acusado de abusar de su hija de diecisiete años que aun declarándose culpable a sí mismo niega tener recuerdo alguno sobre lo sucedido. La oscura sociedad rural de EEUU es el escenario de esta trama, donde la iglesia y lo religioso ocupan un papel hegemónico en la vida diaria de sus habitantes. La historia, los personajes y el escenario impregnan a la película de una atmósfera un tanto asfixiante.
Con una intriga constante desde el minuto uno, el espectador comparte en todo momento las dudas del protagonista, un inspector jefe al que encargan llevar la investigación. Las regresiones de los personajes (visiones del subconsciente y de los recuerdos borrados que se recuperan gracias al método de la hipnosis) sirven para ir desentrañando los escabrosos detalles del caso.
Tanto por el clima que se respira, por los personajes principales como por los recursos visuales y las metáforas empleadas Regresión nos recuerda de alguna manera a la exitosa serie de Nic Pizzolatto True Detective, cuyo escenario principal también es la sociedad rural religiosa norteamericana, en este caso de Luisiana. A pesar de no contar con un protagonista a la altura de Matthew McConaughey la influencia en el estilo narrativo y en la composición de las escenas es clara en Regresión. Amenábar ha sabido de una manera personal y creativa coger para sí algunos de los aciertos de esta gran serie y utilizarlos en su película.
Quizás lo más interesante de Regresión, a parte de unos recursos visuales a la altura de otras películas del director como Los otros o Abre los ojos, es la reflexión de fondo sobre religión y ciencia que aporta el film. El método científico y el análisis racional se hacen imprescindibles como herramientas para conocer la verdad, especialmente en una sociedad como la estadounidense, en la que lo espiritual y religioso vertebran todos los ámbitos públicos. Y es que en un país en el que las diferentes iglesias se comportan como auténticos lobbies políticos ejerciendo una gran influencia tanto en la legislación del país como en la toma de decisiones tan sólo el 1,6% de la población se considera a sí misma atea.
Regresión nos sirve como un buen retrato sobre los problemas que se generan en una sociedad cuando la esfera religiosa pasa a ocupar un papel tan predominante en las vidas de la gente. Como bien refleja Amenábar en su película este caldo de cultivo religioso tiende a afectar especialmente a las clases populares, ya que las condiciones de miseria a las que se ven sometidas les empujan a ser las víctimas de ese miedo, rindiéndose como vía de escape al fervor religioso.
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