Hoy en Tinta Roja recomendamos Un día perfecto, la nueva película de Fernando de León de Arjona aún en taquilla, basada en el libro Dejarse llover, de Paula Farias. La película nos sitúa en 1995, en un día en la vida de unos cooperantes de una ONG que trabajan en Bosnia, en plena guerra de los Balcanes.
"Allí donde la gente necesite ayuda, allí estará tu hogar. Poca gente puede decir que se le echa de menos sin conocerles."
A Mambrú (Benicio del Toro) le queda poco tiempo en el frente, una casa, una vida estable y tranquila con su novia le esperan. Se habla de tratados de paz, de hecho, Katya (Olga Kurylenko) es enviada desde la dirección de la ONG para evaluar la viabilidad de que continúe la misión y viaja junto al equipo de Mambrú, conformado por Sophie (Mélanie Thierry), una chica francesa recién llegada a la base con la que el espectador seguramente compartirá la nula experiencia en la guerra, B (Tim Robbins), un cooperante con gran vocación de ayudar y con un sentido del humor forjado en la guerra, y Damir (Fedja Stukan), un intérprete de origen bosnio que ve cómo el mundo que antes conocía se ha desmoronado por completo.
La historia transcurre en el intento de sanear un pozo al que han tirado un cadáver. Los tratados de paz ya son efectivos, pero entran en inevitable contradicción con la realidad. Minas, ahorcamientos, pelotones de fusilamiento, incluso el intento de hacer negocio de rapiña con necesidades básicas como el agua están presentes durante todo el filme. Así, algo tan simple como conseguir un trozo de cuerda y poder sacar a un muerto de un pozo se convierte en toda una odisea en la que tendrán que enfrentarse con algunos civiles, llegando incluso a desobedecer a la propia ONU.
Con una banda sonora que nos pondrá los pelos de punta y un reparto excelente, Un día perfecto es una película de guerra en la que puedes reírte sin olvidar en ningún momento la situación a la que se enfrentan los protagonistas, donde una vaca o una cuerda pueden significar a la vez perdición y salvación, o la inocencia de un niño puede llegar a otro nivel, o, mismamente, un día lleno de contratiempos de todo tipo puede llegar a ser un día perfecto.
Esta película, aparte de tratar un episodio de la historia reciente del que parece haber una especie de vacío en la memoria colectiva, tiene la grandeza de dejarnos con una reflexión acerca del papel de los cascos azules y todo el aparato de la ONU en los conflictos, cuando vemos que ni se muestran a favor de los civiles ni tienen siquiera la aprobación de éstos en ningún momento, intentando imponer una paz firmada muy lejos de la zona en conflicto, completamente artificial, ajena a las necesidades reales. Esa paz de soldados y desabastecimiento por todas partes. Una paz que no puede ser paz, que no viene del pueblo.
Pincha en la imagen para ver el trailer de la palícula.
