El Cannabis y la Juventud: Consumo, adicción y consecuencias

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A día de hoy la juventud tiene poco ocio para escoger, vemos como las diferentes ofertas culturales (cine, teatro…) son excesivamente caras. Ven, también, como se les niega el acceso a distintas instalaciones como gimnasios, polideportivos, piscinas campos de fútbol, ya sea, una vez más, por su alto precio o porque directamente no hay este tipo de instalaciones públicas en su barrio. Se podría objetar que las nuevas tecnologías han creado nuevos tipos de ocio, pero son de un carácter individual y a veces hasta nocivo para la juventud, además de suponer un gasto importante. No, parece que la mejor opción es la de continuar en el parque con los colegas, viendo pasar el día y fumando unos porros.

Y es que, a fin de cuentas, fumar cannabis sale más barato que ir todos los días al cine, y por lo menos te relaja y despreocupa, de primeras no parece una mala opción, y para muchos no hay muchas más opciones. Así que ¿por qué no? Fumémonos unos canutos, de todas formas es mejor que beber alcohol o fumar tabaco, la marihuana es más “natural”.

Esta es, por desgracia, la realidad que afronta la juventud: Escasa oferta de ocio asequible para los sectores populares, desconocimiento de las drogas y una percepción errónea del cannabis.

Esta percepción errónea del cannabis genera un peligroso clima de aceptación social, y no es peligrosa que la gente lo acepte y tolere, sino los términos en que se hace, desde el desconocimiento y los prejuicios. No podemos asombrarnos que el 29%1 de los jóvenes entre 14 y 18 años se haya echado un porro alguna vez. Si un amigo fuma y además esta guay fumar ¿por qué no hacerlo yo también? Sobre todo si no hay ninguna alternativa para esa tarde. Esta es la mentalidad a la que nos enfrentamos y es peligrosa por su inocencia.

Exactamente esto es lo que la burguesía desea, una situación de ignorancia y dependencia respecto a las drogas, que los jóvenes estén entretenidos y pasivos ante la vida y las contradicciones del sistema, que los jóvenes obreros se den al cannabis y el parque y los hijos de las clases altas al cine, al teatro, a viajar, a la hípica, a los spas y, de vez en cuando, alguna rayita de cocaína, pues los burgueses también tienen derecho a consumir drogas ¿no? Cultura para las élites y migajas mal sanas para la clase obrera.

Y con todo esto no estoy condenando el consumo de marihuana, me limito a describir una realidad, cada uno es libre de hacer lo que le plazca con su vida. Es una realidad que, el cannabis, como muchas otras drogas, causa adicción, crea dependencia y altera la vida diaria de aquellos que lo consumen. Sería ingenuo negarlo, todos nuestros hábitos repercuten de un modo u otro en nuestras vidas, en nuestra personalidad y en nuestro trabajo o estudios.

Sin embargo aún hay quienes justifican el hecho de fumarse unos porros a la semana ¿Por qué? No lo sé. No hay nada que justificar, cada cual sabe que se hace. No obstante los argumentos que se usan muestran lo que los datos confirman2: La juventud tiene una idea confusa del cannabis y sus consecuencias. Se dice que es más natural que el tabaco, que nadie ha muerto por fumar marihuana… y por qué no se dice que aumenta en  el riesgo de sufrir enfermedades mentales (aumenta en 8% las posibilidades de padecer esquizofrenia)3, o que la marihuana contiene entre 60 y 80 sustancias que alteran la psiquis4. Por qué no hablan de que el THC se queda en la grasa durante un mínimo de 6 meses, provocando así una dependencia del cuerpo5, o que se producen fuertes trastornos en la personalidad y la alimentación cuando el consumo es problemático.

A día de hoy no existe una definición consensuada del consumo problemático, se podría definir como “aquel consumo que está generando problemas al propio consumidor o a su entorno”6 y se asociaría al consumo de varias veces por semana. En España el 22% de los jóvenes entre 15 y 24 años presenta un consumo problemático7.

Un fumador habitual de cannabis puede calmar el mono simplemente haciendo que fuma, imitando los gestos, aunque lo más habitual es que se fume un cigarrillo, pues al mezclar el tabaco con el cannabis también tiene cierta adicción a la nicotina y una dosis de nicotina le basta para pasar el día. Por ello, una vez se cae en el consumo problemático es fácil pasar a fumar tabaco, añadiendo así otra adicción, otra substancia de la que el cuerpo dependerá.

Lo cierto es que no hay venenos, hay dosis, y el consumo de cannabis en cierta dosis provoca problemas de salud, pérdida de memoria, altera los hábitos alimenticios y la personalidad, es decir, modifica nuestros horarios, provoca que nos alimentemos mal perjudicando nuestra salud, nos hace entes pasivos, indolentes ante las injusticias de tal forma que al final, lo que al principio era una forma de ocio pasa a ser una necesidad, un combustible sin el cual no podemos funcionar con normalidad.

Es muy importante conocer el mundo que nos rodea, saber cómo nos afecta y moldea, porque si no nos dejaremos llevar perdiendo el dominio de nuestras vidas, siendo únicamente supervivientes en un mundo de adicciones, dependencia y explotación laboral. No se trata por tanto, de defender o de atacar el consumo de cannabis, no hay argumentos válidos para ninguna de las dos cosas, se trata de saber a qué nos enfrentamos.

Como defendía cierto camarada, las drogas son admisibles en tanto que no afecten a la vida diaria del que las consume, en que no modifiquen la actividad militante. No podemos analizar las drogas desde la visión del capital, esto es, desde su legalidad, pues esta perspectiva ha fracasado, sólo los análisis desde perspectivas médicas y psicológicas podrán darnos una visión aproximada de cómo tratar estas sustancia.

La Juventud Comunista debe ser responsable de sus actos y decisiones, no puede torcerse en su camino; por esta razón no puede dejarse llevar, no puede depender de nadie ni nada, ni de la marihuana, ni del alcohol ni ningún tipo de sustancia. Si un militante decide fumarse un porro en el parque o emborracharse una noche de fiesta, adelante, pero que asuma y conozca las consecuencias, que no se deje gobernar por ese hábito, porque cuando ya no sea él mismo quien marque los ritmos de su vida, entonces, habrá dejado de ser un militante comunista.

 


 

Artículos relacionados:

http://www.tintaroja.es/mov-vecinal/1348-drogas-y-juventud-una-cuestion-de-actualidad


Fuentes y referencias:

1, 2, 3: “Encuesta sobre uso de drogas en enseñanzas secundarias en España ESTUDES 2014/2015” Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad Secretaría de Estado de Servicios Sociales e Igualdad Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas Madrid, 11 de Febrero de 2016:

http://www.pnsd.msssi.gob.es/eu/profesionales/sistemasInformacion/sistemaInformacion/pdf/2016_ESTUDES_2014-2015.pdf

4, 5: “UNA GUÍA PARA SALIR DE LA MARIHUANA Y EL HACHÍS” Consejería en asuntos del tratamiento de la droga adicción Hospital de la Universidad de Lund, Suecia: http://droginfo.com/pdf/Guide_spansk.pdf

6: “CONSUMO PROBLEMÁTICO DE CANNABIS EN ESTUDIANTES ESPAÑOLES DE 14-18 AÑOS: VALIDACIÓN DE ESCALAS INFORMES, ESTUDIOS E INVESTIGACIÓN EN DROGODEPENDENCIAS, MINISTERIO DE SANIDAD Y POLÍTICA SOCIAL” Del Estudio colaborativo entre la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas y el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanía: http://www.fundacioncsz.org/ArchivosPublicaciones/133.pdf

7: http://elpais.com/elpais/2016/04/11/actualidad/1460359386_965704.html

Health Behaviourin School-aged Children:

http://www.euro.who.int/__data/assets/pdf_file/0016/303451/HSBC-No.7-Growing-up-unequal-Part2-Chapter5.pdf?ua=1

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