El cambio climático y la Cumbre Europea

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El cambio climático, una peligrosa alteración que a cada paso que da para afianzarse, aumenta generalizadamente los caudales de los ríos alimentados con glaciales y nieve, eleva la mortalidad asociada a las olas de calor en Europa, incrementa la malnutrición debido a las sequias y al desequilibrio estacional de las cosechas así como reduce la tierra por la entrada del mar en las zonas costeras de menor altitud. Podríamos seguir enumerando un largo etcétera de consecuencias, pero lo que provocan en su conjunto es lo siguiente: Millones de dólares en pérdidas económicas, cientos y miles de muertes de personas, consecuencias a nivel ambiental...

Todos estos datos globales, es muy posible que el lector ya los conozca, pero vamos a centrarnos en cómo afecta el cambio climático en España, dando así unos datos relevantes:

El análisis sigue esa tónica general, en la que se ve como poco a poco las temperaturas van aumentando paulatinamente, lo que, si no se para, acabará en la "aridización" de la zona sur del territorio español, y una "mediterraneización" de las zonas norte del territorio, con sus correspondientes consecuencias para la biodiversidad tan rica de la Península Ibérica: muchas especies de animales variarán sus hábitos alimenticios, decenas de plantas y vegetales cambiarán los ritmos de crecimiento, afectando a las cosechas y a los ciclos naturales del carbono, nitrógeno...

Pues bien, el pasado 15 de Diciembre, para atajar todo estos problemas se celebraba la Cumbre del cambio climático en París, en el que consideran de "histórico", ya que han conseguido que cerca de 200 países se pongan de acuerdo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. No obstante esta reducción, aparte de que empezaría a ponerse en vigor a partir de 2020, no es suficiente para frenar el efecto climático que afecta a nuestro planeta, si no que requiere de un esfuerzo muchísimo mayor, como sustituir en su totalidad, todas las emisiones de gases de efecto invernadero, apostando por energías renovables que no contaminen. Aquí entramos en una contradicción, y es que mientras los grandes monopolios energéticos y petroleros tengan el poder y sigan su camino, no será posible llevar a cabo este tipo de políticas sostenibles y renovables, ya que hay un interés económico detrás de ello, e impide que esa tecnología se desarrolle.

No olvidemos que estos acuerdos no son nuevos. Todos podemos recordar cómo el Protocolo de Kioto, que se firmó en 1997, pero que no entró hasta 2005, se ha visto incumplido a día de hoy. Y con el TTIP la situación se agudiza aún más, creándose tribunales de arbitraje entre los Estados y los monopolios, con el fin de dictaminar si la petrolera Texaco ha dañado o no ecosistemas marinos, o si otras grandes empresas contribuyen a subir la temperatura global.

Me gustaría finalizar con una reflexión que dejo a todos los lectores y lectoras: ¿Qué futuro hay para la juventud en un mundo desolado? ¿Cuál es el futuro que nos espera si se siguen emitiendo gases de efecto invernadero sin control? Cuando las eléctricas y todos los monopolios energéticos estén controladas en beneficio del pueblo, y no en manos del empresario de turno, que a cualquier precio quiere ver acrecentar sus beneficios, en ese momento será cuando haya un futuro para todos nosotros, la juventud de extracción obrera y popular. Ahora mismo hay dos caminos, el camino del cambio climático capitalista, o el camino de lucha por un mundo sostenible, el camino socialista.

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