Ser mileurista: en 9 años de ser un sueldo bajo a considerarse un sueldazo

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Las condiciones laborales de la clase obrera han empeorado de manera brutal en los últimos nueve años. Sueldos de 1000 euros, que antes eran considerados como "mínimos", ahora son auténticos "sueldazos" muy difíciles de conseguir. La crisis del capitalismo la está pagando la clase obrera y, especialmente, la juventud obrera.

En 2005 el periódico ''El País'' destinó páginas y páginas para denunciar la situación de los mileuristas. Se entendía con este novedoso término a los jóvenes con estudios superiores, buena formación, conocimientos de idiomas... que cobraban en torno a los 1.000€ al mes.

En los años previos a la crisis esta noticia supuso un revuelo y desde distintas esferas se denunció esta situación por la cual la generación mejor preparada era la que menos cobraba. Se entendía por aquel entonces que con mil euros al mes la vida era difícil, máxime si era el sueldo que se le asignaba a un joven que había pasado tantos años estudiando y formándose.

A día de hoy, en pleno 2014 y viviendo el peor (de momento) año de la crisis hablar de un sueldo de mil euros es, desgraciadamente, hablar de un sueldazo. Con un paro juvenil que supera los 56 puntos porcentuales tener un trabajo ya es un regalo. Y, si además, en ese trabajo se cobra, el joven prácticamente puede sentirse afortunado. La mayoría de jóvenes que en 2005 cobraban 1.000€ al mes y por aquel entonces parecía algo inadmisible ahora o bien no trabajan o encadenan trabajos temporales de cualquier cosa con el paro o bien realizan prácticas gratuitas o por una cantidad insignificante. Pero ¿qué ha cambiado para que los mismos jóvenes, ahora incluso más formados, tengan que ver normal trabajar gratis o por 300€ al mes? Si hace apenas 9 años se consideraba que no se podía vivir con mil euros, ¿qué ha cambiado ahora para que las empresas consideren viable sobrevivir incluso con un tercio de ese dinero?

La realidad es que desde que estalló la crisis en 2007 las empresas necesitan bajar el precio de la fuerza de trabajo, es decir, los salarios de los trabajadores. Y para ello es una herramienta muy útil tener un ejército de reserva, es decir, trabajadores en paro, que ayuden a mantener los salarios a la baja (''si no lo haces tú, vendrá otro detrás que lo hará por la mitad'') ¿Y esto por qué?

Porque por las reglas del sistema capitalista las empresas cada vez obtienen menor margen de beneficio (tasa de ganancia) de cada unidad que venden. A esto hay que sumarle que la crisis también explotó porque las empresas no conseguían vender todos los productos producidos y, sin esa venta, no se obtiene el beneficio. Así, por un lado, las empresas obtienen menos beneficios cada vez por lo que venden y, además, no logran sacar un gran stock para reponer lo invertido y ganar más dinero. Por lo que la única salida es atacar a los salarios de los trabajadores para intentar mantener (y en algunos casos incrementar) sus beneficios.

¿Y por qué a los jóvenes? Los jóvenes son sin duda uno de los sectores más afectados. El hecho de que sean nuevos en la empresa, que no hayan participado en luchas anteriores, que no estén sindicados, que no cuenten con ciertas mejoras en su nómina, que le salga más barato a la empresa despedirlos o empeorar sus condiciones o que, simplemente, sea más necesario para ellos encontrar trabajo hace que los empresarios tengan más fácil atacar a este sector de los trabajadores, independientemente de que sean las generaciones mejor formadas.

La realidad no es que los jóvenes estén peor preparados ahora que en 2005 (cuestión que tampoco justificaría, por otro lado, empeorar sus condiciones) o que el mercado haya tenido unas caídas brutales del valor del dinero o del IPC que 300€ en 2014 sean como 1.000€ en 2005. La realidad es que el capitalismo no da para más y quienes lo gestionan buscan una salida que les beneficie a ellos, independientemente de a quién afecte.

Finalmente y en otro plano distinto cabe resaltar la hipocresía de los medios de comunicación; destacando muy especialmente a ''El País'' como ejemplo de todos los medios determinados ''progresistas'' (La Sexta, Cadena Ser, Público...) Esta hipocresía les hace, en el caso concreto, denunciar en 2005 la situación de los mileuristas pero callar ahora ante la situación que sufren miles de jóvenes, donde para ellos llegar a ganar mil euros al mes es un macabro sueño. Medios que, además, mediante sus programas de becarios, tienen a estos mismos jóvenes trabajando gratis o por unos salarios de hambre. ¿O es que es vergonzoso ser mileurista pero un orgullo ser trescientoseurista?


Ana Escauriaza es Subdirectora de Tinta Roja.

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