La cara no tan alegre de los festivales de música: La explotación juvenil

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En uno de los países con más macrofestivales del mundo, el verano es una época clave. En la agenda de cualquier pandilla entran uno o dos festivales al año, y si el dinero y las vacaciones lo permiten, uno será seguro en verano. No obstante, todos aquellos que han trabajado en cualquiera de ellos sabrán qué hay detrás en muchas ocasiones: horribles condiciones, turnos que cambian, sueldos que bajan e incluso, que se cuentan por entradas y no por dinero.

Todo gran festival es una empresa. Puede haber grupos reivindicativos, como en el ViñaRock, o puede haber centros críticos de debate, como en el Rototom, pero a no ser que hablemos de un pequeño festival de pueblo, siempre hay detrás unas empresas que se benefician. Con la excusa de ofrecer un espacio de música y concentración de fiesta, y bajo la apariencia de un alegre festival de música (parece que se te vaya a explotar menos que una empresa de cerámica o en el campo, todo es más bonito) la juventud encuentra, sí, una oportunidad de trabajo. Pero a qué precio, en qué condiciones...

Hace poco se publicaba en El Confidencial el testimonio de varios chicos y chicas que trabajaron en el FIB, Festival Internacional de Benicassim, a mitad de Julio. "¿Os apetece trabajar en el festival por ocho euros la hora, de cinco de la tarde a tres de la mañana?" Tras aceptar el trabajo, y firmar un papel sin cláusulas cuya única copia se queda la empresa, finalmente "bueno, al final vais a currar hasta las siete y media de la madrugada"1. Cobraron a siete euros y medio la hora. Esta es la forma que tiene una empresa privada más de engañar y explotar a la juventud trabajadora: ofrecer trabajos, no dar ninguna garantía, cambiar las cláusulas y si no lo quieres te vas. Los testimonios apuntaban también la falta de agua potable y comida, de sombra y posibilidad de descanso y de atención médica.

Pero todavía se puede ir más lejos, pueden pagarte no con dinero, sino con una entrada. El mismo festival, desde hace años, ofrece la posibilidad de trabajar varios días a cambio de la entrada al festival para algún día. Mano de obra gratuita, porque, ¿qué dinero les cuesta a ellos que entren al festival 400 personas más? Ninguno, incluso ganan si alguno consume comida o bebida dentro. A cambio tienen a cientos de jóvenes trabajando horas y horas antes y durante el festival que sustituyen a la contratación normal: se ahorran así miles de euros en salarios.

Un macrofestival, además de sus beneficios, produce una serie de necesidades dentro y alrededor del mismo que son aprovechadas por multitud de otras empresas. Por ejemplo, es habitual también ser contratado en un supermercado sólo para una semana, trabajando a destajo y cobrando lo mínimo; igualmente, entrar en un bar para una semana sin contrato y acabar cobrando la mitad de lo que se te prometió.

Esto es a lo que los gobiernos llaman generar empleo, y esto es lo que hace que los datos del paro bajen: empleos temporales, con condiciones a la baja y fatal pagados.


1: http://www.elconfidencial.com/cultura/2016-07-24/infierno-benicassim-camareras-barras-denuncia_1237697/

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