Tras cada huelga, un paso más en la organización estudiantil

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El momento histórico que estamos viviendo, con una crisis estructural del sistema capitalista más profunda que cualquier otra, pone al movimiento estudiantil a prueba. Las dos huelgas en este mes de noviembre es un ejemplo de ello; cada vez las convocatorias son más inmediatas a los ataques y cada vez tienen mayor combatividad, pasando de meras concentraciones a jornadas de huelga ¿A qué se debe este avance del movimiento estudiantil? Al aumento de la organización en las asociaciones.

Desde lucha contra el Plan Bolonia los estudiantes hemos aprendido que sin una estructura organizada y unida las luchas sólo se atan a algo concreto y se desinflan, sin embargo con la organización la lucha siempre continúa.

A lo largo de todo el Estado se han ido formando asociaciones en todo tipo de centro de estudios (facultades universitarias, institutos, centros de formación profesional, escuelas de arte...). Pequeños núcleos de estudiantes que comienzan a reunirse en asambleas abiertas, a veces por problemas muy concretos en sus centros, otras veces con aspiraciones a conseguir grandes movilizaciones en su ciudad... el resultado de ese primer momento es que consiguen ser un referente en todo su centro de estudio y consiguen el apoyo de la mayoría de estudiantes, incluso logrando la participación de profesores, conserjes y limpiadoras/es.

Pero el verdadero logro es que ese poso organizativo se convierta en una asociación revolucionaria ¿cómo conseguirlo?

El primer paso es estabilizar la estructura organizativa teniendo unos responsables de sacar el trabajo, y unas reuniones periódicas en las que rendir cuentas del trabajo y fijar nuevas tareas.

El segundo paso es establecer unas actividades que realmente interesen y cubran las necesidades de los estudiantes de ese centro. Estas actividades van desde la necesaria información de contra qué organizarse y luchar, hasta temas culturales como cambio de idiomas, recitales de poesía popular, solidaridad con las luchas antiimperialistas, modelos educativos distintos al capitalista y un largo etcétera en el que todos los estudiantes del centro deben participar.

Tercer paso y todos los siguientes deben ser continuar dirigiendo la lucha y siendo referente en la ciudad

Si algo caracteriza a los estudiantes es que nuestras inquietudes y espíritu joven hacen que rápidamente la organización se vea necesaria también en otros centros. Debemos enseñar y ayudar a los compañeros para que se organicen, mostrando la solidaridad que como clase obrera llevamos en nuestra sangre.

Debemos ir formando una masa de pan en la que los ingredientes parecen desunidos pero una vez juntos y tras muchos meneos juntos se unifican y dan una barra de pan que cocida al calor del rojo fuego es capaz de alimentar las bocas revolucionarias.

Y es en ese momento de amasar el movimiento estudiantil en el que estamos ahora mismo, en el que las movilizaciones se suceden y, aparentemente, cada uno mira para su terruño sin embargo se están dando pasos hacia la unidad y no cabe una marcha atrás. Poco a poco las convocatorias se van unificando así como las reivindicaciones de las distintas asociaciones.

La Huelga del 20 de noviembre es un ejemplo, a pesar de ser una convocatoria desde estructuras piramidales y sin contar con la mayoría del tejido organizativo de los estudiantes será secundada ¿y ello por qué? Pues porque la mayoría de los que estamos en la lucha por una educación pública y al servicio de la clase obrera sabemos que la lucha continuada y cada vez más dura es necesaria, porque sabemos que solo haciendo temblar los pilares del sistema educativo pueden pararse las reformas, porque sabemos que antes de molestarnos por quien convoca y quien deja de convocar debemos reflexionar ¿por qué convocamos huelga, por qué luchamos? Por una educación al servicio de la clase obrera y por un futuro digno para nuestros hijos/as y hermanos/as, y ese objetivo sólo se consigue si superamos la sopa de siglas y nos unimos bajo un mismo lema y golpeamos como un solo puño.

Por ello para conquistar nuestro futuro, ¡Joven estudiante no te resignes! toma las riendas de tu futuro: forma y dirige el germen de la revolución en tu centro, crea junto a tus compañeros la asociación que despierte la conciencia de los estudiantes en tu ciudad.

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