Desenmascarando la Formación Profesional Dual: poca formación y menor salario

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Con la aprobación de la LOMCE el 28 de Noviembre de 2013 y su paulatina puesta en marcha durante los siguientes cursos en los distintos territorios del Estado español hemos visto como aparecía, entre otras, una nueva modalidad de Formación Profesional: la FP Dual.

Esta FP Dual se trata de una formación profesional que se realiza en alternancia entre el centro educativo y la empresa, con un mínimo de un 33% de horas de formación en la empresa correspondiente y que puede durar dos o tres años.

De hecho, sus defensores argumentan que esta alternancia supondrá una serie de beneficios ya que ayudará a los alumnos a conocer más de cerca el sector laboral para el cual se están formando además de mejorar su cualificación profesional, lo cual facilitará en teoría su futura incorporación al mercado laboral.

Todo esto que a priori puede parecer positivo para el estudiantado debe ser analizado a conciencia, haciéndonos la pregunta de ¿a quién beneficia realmente?

Para empezar, hay que destacar la dificultad que supone para la inmensa mayoría de la juventud el hecho de tener que alternar la formación en dos lugares distintos, teniendo en muchos casos que desplazarse con un sistema de transporte público deficiente que no cubre las necesidades reales de sus usuarios. Esto dificulta la compaginación de la formación con otras actividades, especialmente el estar trabajando. Aunque, ¿para qué iba un joven estudiante de FP a trabajar en otro sitio si le pagan al hacer las prácticas en la empresa? Básicamente porque pagan salarios de miseria, muy inferiores a los del resto de trabajadores normales que se parten el lomo en las mismas condiciones, eso suponiendo que el responsable decida asignarle el puesto que le corresponde según su formación. Y no contentos con esta mano de obra tan barata y lucrativa para los empresarios, ¡el salario del estudiantado que tienen a su cargo depende en su mayor parte del Estado! Aunque luego las matrículas de las FPs suben año tras año, y esas sí que tienen que pagarlas el estudiantado y sus familias.

Resumiendo, esta nueva modalidad de FP supone una mano de obra prácticamente gratuita para las empresas, en las cuales los y las estudiantes trabajan como uno más pero a cambio de salarios de miseria a la vez que las empresas privadas se introducen cada vez más en la educación pública.

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