Elena Petushkova, deportista y científica. La mujer en el socialismo

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Ana Escauriaza

La hípica, al igual que otros deportes como el golf o el esquí, son considerados deportes propios de la burguesía. En el caso de la equitación, amén de cuestiones de prestigio, esta consideración tiene raíces económicas debido al alto coste que supone un équido. Mucho antes de la aparición del capitalismo, en la Roma de Servio Tulio los ''caballeros'' (esto era, quien pudiese aportar caballos a la guerra) tenían su propio estatus social. Poder mantener un caballo y el prestigio que esto reportaba ha distinguido a las clases altas desde las primeras sociedades divididas en clases.  

La URSS rompió con toda desigualdad posible, incluso en la hípica. Conocedores de los beneficios de la equitación (marcados en tratados desde la Antigüedad, remontándose el primero al año 3.000 a.C.) se crearon escuelas de equitación por todo el territorio y el caballo dejó de ser un deporte de lujo para ser una actividad de ocio accesible para todos y todas.

Ejemplo de ello es la amazona Elena Petushkova que durante las décadas de los 60, 70 y 80 compitió en doma clásica. Petushkova no sólo abrió puertas en esta disciplina para la URSS sino también para las mujeres, pues durante años fue la mujer mejor clasificada en los campeonatos que disputaba (en todas las disciplinas de hípica hombres y mujeres compiten conjuntamente) así fue la primera mujer en adjudicarse la medalla de oro en doma clásica en los Campeonatos del Mundo de 1971, fue plata por equipos en México 68, bronce en el Europeo de 1975, ganó 13 veces el Campeonato de la URSS... pero sin lugar a dudas el éxito le llegó en los JJOO de Munich 72, donde consiguió el oro por equipos y la plata individual; desbancando a la todopoderosa Alemania en terreno propio.  

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Todo ello lo consiguió a lomos de ''Pepel'', un trakehner ruso que compitió 13 años junto a Elena. ''Pepel'', con poca visión en un ojo, hubiese sido sacrificado en cualquier otro país capitalista debido a esta lesión y los inconvenientes y pérdidas económicas que esto conllevaba. Además, hay que tener en cuenta que ''Pepel'' no era un caballo de élite, en la URSS no se criaban caballos exclusivamente para el deporte como en las potencias capitalistas en las que se invierten millones para conseguir un campeón, en la URSS  se criaba pensando en que el mismo caballo que un día tiraba de un arado la semana siguiente ganara una medalla olímpica. ''Pepel'' y Elena compartían su condición de clase obrera a su manera. 

Elena nunca pensó en ser una deportista de élite, cuando apenas contaba con 16 años se apuntó a clases de hípica por diversión, 14 años después se consagró como campeona del mundo. Esto demuestra que en la URSS el deporte era accesible para todos y todas y que quien llegaba a la élite lo hacía por méritos propios no por capacidad económica.  

Petushkova no sólo destacó en los cuadrilongos internacionales por ser mujer y además soviética, sino también por su compañerismo; llegando a ejercer de traductora constantemente para los miembros de su equipo cuando salían a competir fuera debido a su fluidez con el inglés.  

Cuando se retiró de la competición siguió vinculada a la hípica. Fue vicepresidenta del Comité Olímpico Soviético así como miembro de la Federación Internacional de Hípica. Se dedicó a la preparación de caballos y jinetes más jóvenes, descubriendo a ''Balagur'', caballo olímpico. En el terreno político formó parte del Comité Soviético por la Paz y de la comisión internacional Mundo, Naturaleza y Política. Tras la caída de la URSS el presupuesto en equitación prácticamente desapareció y Petushkova cogió las riendas de la federación hípica rusa para evitar el desastre durante los años 90. 

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No podemos olvidar en este homenaje a Elena Petushkova su faceta académica, puesto que fue además una de las mejores científicas de su época. Licenciada en biología con honores por la Universidad de Moscú y catedrática en bioquímica dio clases en esta misma universidad durante años, además publicó más de 60 artículos en revistas especializadas sobre este campo.  

Finalmente falleció el 8 de enero de 2007 debido a un tumor cerebral. Tras su muerte, las grandes fortunas de la hípica supieron reconocer la labor y el trabajo de Elena Petushkova pese a ser, objetivamente, su enemiga de clase.