'Ernestito', ejemplo de lo que debe ser un revolucionario

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“...Porque es la naturaleza del imperialismo la que bestializa a los hombres, la que las convierte en fieras sedientas de sangre que están dispuestas a degollar, a asesinar, a destruir hasta la última imagen de un revolucionario, de un partidario de un régimen que haya caído bajo su bota o que luche por su libertad. Y la estatua que recuerda a Lumumba hoy destruida pero mañana reconstruida, nos recuerda también en la historia trágica de ese mártir de la revolución del mundo que no se puede confiar en el imperialismo, pero ¡ni un tantico así, nada!. Bajo la bandera de las Naciones Unidas en el Congo fue asesinado Lumumba, y estas eran las Naciones Unidas que pretendían los norteamericanos que vinieran a inspeccionar nuestro territorio [Cuba]...”

Estas palabras, que a día de hoy todas y cada una de ellas tienen más vigencia que nunca, las pronunció un gran revolucionario, Ernesto Guevara de la Serna -conocido popularmente como 'Che Guevara'- quien viene al mundo hace justo , 85 años. De él podemos decir innumerables cosas, pero si tratásemos de expresar lo que significa para todos y todas las personas que tenemos por objetivo la transformación del mundo, de una manera clara y concisa, la descripción sería tal que así: ejemplo.

Aunque como todo ser humano, no está exento de errores, ésta fue, es y será la palabra más adecuada para describirlo, puesto que a pesar de todas las dificultades encontradas en su vida y otras facilidades que lo habrían alejado del camino revolucionario, él escogió esta senda que lo llevaría al Olimpio de la Revolución.

Ernestito, como lo llamarían sus padres durante la infancia, nace el 14 de Junio de 1928 en la ciudad de Rosario (Argentina), fruto de la unión matrimonial entre Ernesto Guevara Lynch y Celia de la Serna, ambos miembros de la pequeña y mediana burguesía. A los dos años, le es diagnosticada la enfermedad del asma, lo que hace que al principio tenga una vida diferente a la mayoría de los niños y niñas de su época; sin embargo, esto no es óbice para que aprenda a convivir con ella y luchar para que le afecte lo mínimo posible. Ya desde muy pequeño, a los 10 años, despierta dentro de sí un interés por la justicia y la libertad expresado en la solidaridad con la causa republicana, con la Guerra Nacional Revolucionaria en nuestro país, España. Con 19 años se traslada a Buenos Aires y se matricula en Medicina, en la Universidad de Buenos Aires.

Son los viajes, el primero por el norte de su país y el segundo por todo América Latina, los que comienzan a suponer la primera transformación de su pensamiento, el darse cuenta de que algo no funciona bien en un mundo con una mayoría que vive única y exclusivamente para trabajar, mientras que la otra parte de la población sólo observa, sin mover un sólo dedo, codiciosa de ver crecer sus beneficios; resulta anecdótico aquel fragmento de su diario -en el que escribía todo aquello que le inquietaba y debía ser susceptible de reflexión- aquella comparación entre el minero chileno, explotado en el sistema capitalista a causa del cual ve el trabajo como una quimera que únicamente enriquece a los parásitos capitalistas, frente al minero de un estado socialista, que vive en un lugar donde la economía esta al servicio de él y todos sus iguales, viendo en el trabajo la prosperidad de su pueblo y país. El siguiente episodio que lo conduce a la senda de la ideología del proletariado es el golpe de estado en Guatemala -donde conoce a su primera mujer, Hilda Galea, quien lo influye significativamente en su asunción progresiva del Marxismo-Leninismo- que provoca el derrocamiento del presidente Jacobo Arbenz; el Ché, consciente de esta obra del imperialismo que vive en sus carnes, pasa a la acción y participa en la resistencia al golpe como médico y patrullero nocturno. Es de señalar la siguiente reflexión que traslada a su madre, antes de partir a México, en una de la múltiples correspondencias con sus progenitores:

“...En cuanto a la amargura que ves en mis ultimas cartas, es probable que sea cierto. Pero yo no lo noto sino en cierto escepticismo frente a cosas en las que antes veía algo bueno. Mi más completa decepción es frente a algunas situaciones 'ni fu ni fa', de las cuales creía que se podía sacar algo. Ahora me convencí terminantemente de que los términos medios no pueden significar otra cosa que la antesala de la traición. Mi confianza del triunfo final de lo que creo es completa, pero si ni siquiera se si seré un actor o un espectador interesado en la acción...”

Será en México donde conozca, a través de Nico López, a los guerrilleros cubanos recientemente amnistiados por el Asalto al Cuartel del Moncada, entre los que se destaca Fidel Castro. Ernesto se suma a la guerrilla en un restaurante frente al Hotel Galvestone en Julio de 1955. Se convertirá en el teniente médico de la guerrilla cubana. En la preparación física de la expedición es destacado por el Alberto Bayo -Oficial del EPR en la Guerra Nacional Revolucionaria- como el mejor, todo ello a pesar de la enfermedad respiratoria que padece. Como destacado expedicionario, es puesto al mando, como Comandante, de la 2º columna guerrillera que permite al Ejército Rebelde rechazar la ofensiva del ejército de batista; es este otro de los sucesos que hacen al Che Guevara crecer y desarrollar su capacidad organizativa, su inteligencia y valor como guerrillero y una especial sensibilidad humana y política con los campesinos. Más tarde, el rechazo a la ofensiva se convertiría en contraofensiva, que coordinada junto con otras organizaciones revolucionarias,  se transformaría a su vez en la toma de Santa Clara provocando la huida del dictador Fulgencio Batista, quedando sólo el avance hacia la capital y la proclamación del triunfo de la Revolución. Como reconocimiento y homenaje a esta gran personalidad de la Revolución Cubana y del Ejército Rebelde, el pueblo cubano le otorga la condición de ciudadano cubano de nacimiento.

Como dirigente de la construcción socialista en Cuba asume distintas responsabilidades de gran importancia en el gobierno: primero, Director de Banco Nacional de Cuba, posteriormente, Ministro de Industrias. Es interesante la metodología que puso en práctica a fin de subsanar las problemáticas que se diesen en cualquier industria: participar, en primera persona, en la producción en los centros de trabajo a fin de ver cuales son los problemas reales de ésta y de la clase obrera que la pone en marcha; metodología similar a la llevada a cabo por los camaradas de la República Popular Democrática de Corea.

Si el Che Guevara decía que en su juventud más temprana se peleaban dentro de sí dos yo: el 'socialudo' y el 'viajero', estos cambiarían teniéndo como última causa, además de todo su desarrollo militante, las noticias recibidas de lo que pasaba en el Congo, teniendo otros dos nuevos yo peleándose: el 'constructor socialista' y el 'combatiente por la liberación nacional y las justicias sociales'. Fue este último el que le empujaría a realizar uno de tantos ejercicios de internacionalismo proletario que lo caracterizarían como militante de la revolución proletaria, e inspirarían a Cuba a realizar gestos similares en otras regiones del continente africano, en esta ocasión al Congo para ayudar a la guerrilla que tenía por objetivo derrotar al gobierno secesionista que asesinó a Patrice Lumumba con la ayuda de mercenarios europeos. Es paradigmático el papel que jugó la ONU en este conflicto, siendo el actor principal que provoca la división del país el pos de los intereses del imperialismo, como ha ocurrido en diversos conflictos como: Yugoslavia, Irak, Libia o actualmente, Siria. Siete meses más tarde el Ché, junto al pequeño grupo de cubanos que le acompañaban, regresaría a Cuba para preparar su expedición en Bolivia. Fui allí donde dió sus últimas pisadas, donde escribió sus últimas palabras y donde disparó sus últimas balas en defensa de la libertad de los pueblos contra el imperialismo en octubre del año 1967, en Quebrada del Yuro.

El mejor homenaje que hoy le podemos hacer a Ernesto 'Che' Guevara de la Serna, como uno de los tantos portadores del internacionalismo proletario y la superación personal, es el mismo que debemos y hacemos día a día los comunistas a todos los luchadores del mundo: continuar la lucha.

¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!,

¡HASTA SIEMPRE, COMANDANTE!.


Jose Martínez es miembro del Comité Central de los Colectivos de Jóvenes Comunistas (CJC).