Jamie Vardy, del trabajo en la fábrica a estrella de la Premier

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El pasado 10 de Abril, como cada fin de semana de esta temporada, hemos podido disfrutar de una nueva victoria del Leicester City, que con los tres puntos ya suma 72, encarrilando así el título de liga. Cada vez somos más los aficionados del futbol que no nos hemos podido resistir a los encantos de este histórico club de la liga inglesa, de la ciudad de Leicester, situada a unos 150 kilometros de Londres.

El caso del Leicester es un soplo de aire fresco en el mundo del futbol, ya que la Premier solía ser una liga en la que 3-4 equipos ejercían una implacable dictadura, equipos que todos los veranos hacían plantillas a golpe de talonario dejando sin opción al resto, todo ha cambiado esta temporada.

Uno de los culpables de que este sueño se esté haciendo realidad es Jamie Vardy, sus dos dianas frente al Sunderland han dado esta última victoria al Leicester, al acabar el partido, sólo un pensamiento rondaba mi cabeza, un futbolista con la historia de Jamie Vardy tenía que aparecer en Tinta Roja.

Y es que antes de ser uno de los máximos artilleros de la Premier, la vida de Jamie Vardy no era muy diferente a la de cualquier joven trabajador, a los problemas y a la vida que nos ha tocado vivir a muchos de nosotros en este podrido sistema capitalista.

Natural de Sheffield, ciudad con gran peso en las luchas mineras de los años 80, Vardy no tuvo una vida fácil, fue expulsado a los 16 años del Sheffield Wednesday, por no ser lo suficientemente alto, a partir de ahí se tuvo que buscar la vida en las categorías más bajas del futbol inglés, mientras, compaginaba el futbol con el trabajo en una fábrica de férulas. Todo esto se complicó cuando a raíz de una pelea, fue condenado a libertad vigilada con arresto domiciliario a partir de las 18:30.

"En 2012, antes de firmar por el Fleetwood (quinta categoría inglesa, equivalente a una Regional española) trabajaba en la fábrica desde las siete de la mañana hasta las cuatro y media. Luego me metía en un coche con mis compañeros del Halifax y no regresaba hasta las once a casa" Declaraba Vardy a una revista local.

Pero Vardy no se rindió, y en 2012 dio el salto al Leicester procedente del Fletwood Town donde había jugado un papel destacado, en Leicester fue fundamental para el ascenso a la premier en 2014, 2 años más tarde, sigue siendo fundamental para el conjunto de Ranieri, ya que con 21 tantos es uno de los responsables de que la premier sea casi una realidad para el Leicester.

Vardy en cuestión de 4 años y pese a todas las dificultades que se cruzaron en su camino, pasó de trabajar en la fábrica a estar a punto de ganar el título más importante de Inglaterra. Demostrando así, de que pasta están hechos los obreros, el carácter y estilo de Vardy destilan por los cuatro costados esa huella que dejo la fábrica en él, esa impronta proletaria que hace que nos podamos sentir tan identificados con Vardy.

Cuando vemos a Vardy corriendo a toda velocidad con el balón a los pies con determinación antes de fusilar al portero, nos vemos a nosotros corriendo para llegar al trabajo porque perdemos el autobús, cuando vemos a Vardy pelear por cada balón como si fuera el último, nos vemos a nosotros mismos, en esas situaciones en las que te pone la vida, en las que tienes que apretar los dientes y cerrar los puños defendiendo lo que es tuyo.

Jaimie Vardy nos ha enseñado, que no importa que el enemigo que tengamos en frente sea grande y fuerte y nos supere en recursos,  que no importan las muchas dificultades que nos encontremos en nuestro camino, que no importan nada, porque la clase trabajadora nació para vencer.

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