Chico Buarque, el intérprete del alma del pueblo brasileño

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Artista polifacético, Chico Buarque sigue siendo, con sus más de 50 años de carrera musical, uno de los mejores representantes de la Música popular brasileña y de la bossa nova, géneros a los que continúa aportando su genialidad a través de composiciones que desprenden un compromiso social con los más necesitados; ese mismo compromiso que le llevó al exilio a finales de la década de los 60, durante la cruenta dictadura militar que azotó a Brasil.

Francisco Buarque de Hollanda, más conocido como Chico Buarque nació en el seno de una familia acomodada de Río de Janeiro en 1944; de madre pintora y pianista y padre historiador y ávido lector, heredó un bagaje cultural que lo convirtieron en un artista reconocido a nivel mundial, principalmente por su faceta musical, pero que se complementa con las de dramaturgo, poeta o novelista.

El primer contacto con el mundo de la música y lo que llevó al joven Buarque a encaminarse hacia su carrera como compositor vino de la mano del novedoso género musical surgido en el Brasil de finales de los 50, la bossa nova, ese estilo que bebía de las raíces de la música tradicional brasileña y de la samba, pero con un resultado más calmado. En concreto, fue el álbum Chega de Saudade, de João Gilberto, considerado el padre de la bossa nova, el que le atrajo defitivamente al mundo músical. Pronto conocería también a Vinicius de Moraes o Tom Jobim, a quienes idolatró durante su adolescencia y que más adelante se convertirían en grandes amigos, además de referentes; no en vano años después afirmó: "Quiero cantar como João Gilberto, hacer música como Tom Jobim y escribir como Vinícius de Moraes".

Durante los años 60, Chico Buarque comenzó a componer y consiguió una progresiva fama a lo largo de la década que lo llevaron a ganar importantes festivales y a aparecer en la televisión brasileña, donde consolidó una reputación que llegó a poner en aprietos a la feroz dictadura militar que se estableció en Brasil tras el golpe de estado de 1964. A través de unas letras cargadas de compromiso social en defensa de las capas populares y de crítica hacia la dictadura, Chico Buarque se consolidó como un icono del pueblo de Brasil y como un blanco de la censura, que finalmente desembocó en su exilio en Italia a finales de la década.

Una de sus canciones, "A pesar de você" ("A pesar de usted") personifica esa lucha frente a la dictadura y en defensa de la democracia, que le caracterizó durante los años más duros y le convirtieron en un símbolo del movimiento democrático:

"Usted va a pagar
y bien pagada
cada lágrima brotada
desde mi penar.
A pesar de usted
mañana ha de ser
otro día.
Daría tanto por ver
el jardín florecer
como usted no quería."
 

Pincha en la imagen para escuchar la canción.

El hecho de ser una figura pública en Brasil y que representara los anhelos de libertad del pueblo brasileño no hizo que Chico Buarque se desviara de su compromiso social y continuó su oposición al régimen militar, plasmada en canciones como "Samba de Orly" o "Vai passar" , pero no solo la dictadura es foco de crítica en sus letras, sino que también lo es el sistema capitalista; de hecho, una de sus canciones más populares, "Construçao", versionada en varios idiomas, entre ellos el castellano, puede entenderse como testimonio de las degradantes relaciones entre el capital y el trabajo:

Pincha en la imagen para escuchar la canción.

Sin embargo, pese a su extraordinaria valentía a la hora de componer, Buarque siempre se ha caracterizado por su carácter reservado, su timidez en los escenarios y, pese a sus 72 años, reconoce que no le gustan muchos los conciertos, pero al menos, como él afirma, le permiten seguir viviendo para volver a la calma de su hogar y continuar escribiendo.

Como decíamos al comienzo, Chico Buarque no es solo un músico, es un artista e intelectual polifacético. Con nueve novelas publicada y seis obras de teatro, ha dedicado su vida a remover conciencias a través de diferentes canales; de hecho, fue su primera obra, "Roda viva", la que ocasionó su exilio; no obstante, nunca renunció a su teatro de corte social e incluso se atrevió a versionar una obra de Bertolt Brecht, con su "Ópera do malandro"

En definitiva, un artista del pueblo, autodenominado socialista, que siempre ha luchado para erradicar el problema de Brasil: "la miseria y la desigualdad" y que hoy en día muestra su apoyo al Partido del Trabajo, no porque tenga la convicción de que se vayan a solventar todos los problemas, sino porque se han atenuado; ya que en los últimos años han mejorado las condiciones de vida de las capas populares.

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