Margot Honecker, la mujer fuerte de la RDA

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Hace unas semanas nos sorprendió la triste noticia de la muerte de Margot Honecker en Chile. Para muchos una mujer desconocida, y para otros conocida más por su apellido y por quién era su marido que por su persona e historia. Sería un tremendo error caer en este superficial análisis, porque Margot fue una de las políticas más relevantes y carismáticas de la RDA. Militante incansable, a sus 89 años, murió siendo una firme defensora del socialismo alemán.

Margot Feist nació en la ciudad sajona de Halle en 1927, como muchas otras familias obreras alemanas sufrió la barbarie nazi-fascista, la guerra y la muerte, que se llevó a su madre en 1940. Desde ese momento ella se hizo cargo de su familia con 13 años. Sin duda estas duras experiencias forjaron una mujer fuerte y decidida, que en 1945 entra en las filas del Partido Comunista Alemán, dispuesta a reconstruir el país con un sistema de valores diferentes a los que habían llevado al mundo a la Segunda Guerra Mundial. Buscaban una Alemania democrática, socialista y anti-imperialista. Su partido al año siguiente se juntará a otros y formarán el Partido Socialista Unificado de Alemania (SED). Ese mismo año trabajó como mecanógrafa de la junta directiva de la Federación Alemana de Sindicatos Libres en Sajonia-Anhalt, y a su vez, entra en la Juventud Libre Alemana (FDJ), donde será secretaria de su junta directiva en Halle y conocerá al secretario general, su futuro marido, Eric Honecker.

Ya en 1950, con 22 años, fue elegida diputada en la asamblea legislativa de la RDA (Volkskammer), convirtiéndose en la mujer más joven en ocupar un escaño en el parlamento de la RDA. Tres años después tuvo un hijo con Eric Honecker 15 años mayor que ella, con quien se casó, tras divorciarse de su antigua esposa. Desde el primer momento, Margot desempeñó su trabajo en el Ministerio de Educación Popular, donde destaca su incansable campaña por los derechos de la comunidad LGTB, donde la educación desde las primeras etapas tomaba un papel fundamental de concienciación, respeto, tolerancia y naturalidad. La homosexualidad en la RDA fue despenalizada en 1968, mientras que en su vecina del oeste lo fue en 1994.

En 1963 es elegida Ministra de Educación Popular, cargo que ocupará hasta 1989. La ley estrella de su ministerio fue la “Ley sobre el Sistema Educativo Unitario Socialista”. Que instauraba la gratuidad de la educación a todos los niveles, desde la Universidad a las guarderías, fomentado valores democráticos y socialistas, involucrando a los jóvenes en la construcción del socialismo. También desarrolló una lucha incansable contra los roles de género y el patriarcado, consiguiendo que el 50% de los estudiantes universitarios fueran mujeres, y que la mayoría de las mujeres mayores de edad trabajaran. En estos años fue conocida como la mujer fuerte de la RDA,  pero como en todo, también recibió el descalificativo por parte de sus detractores de “la bruja purpura”.

Pero llegaron tiempos peores para Margot y su marido, y tras el triunfo de la contrarrevolución y la caída del muro de Berlín en 1989, ambos abandonaron sus cargos en el gobierno y en el partido. El nuevo gobierno unificado de Alemania intentó juzgarlos por “crímenes en el muro”, pero la pareja se exilió a Chile. El gobierno chileno ayudó a los exiliados alemanes, en solidaridad y recordando la ayuda alemana durante la dictadura de Pinochet.  En 1994 Eric moriría en Santiago de Chile, pero Margot continuó su vida humilde, y sin mucha repercusión mediática. Acudirá a actos políticos y apoyará al Partido Comunista de Chile manteniéndose siempre interesada en la situación política de su país, defendiendo la RDA y su labor durante tantos años.

Lo que podemos aprender de su vida es la sincera e inquebrantable convicción comunista, que defendió durante toda su vida, más aún en su etapa en Chile tras ver caer el proyecto político por el que había luchado toda su vida junto a su marido. Ejemplo de ello fueron sus palabras en una entrevista en 2014, cuando fue preguntada por los crímenes de la RDA:

“¿Cuáles fueron los crímenes de la RDA? ¿Que la gente haya vivido en libertad? ¿Que las personas tuvieran perspectivas en su vida? ¿Que las personas pudieran ganar un sueldo honestamente? ¿Que tuvieran una buena educación, un buen sistema de salud? ¿Que las personas pudieran opinar? ¡Que me expliquen dónde está el delito!” [1].

 


[1] http://redpress.es/2016/05/07/margot-honecker-la-bruja-purpura/

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