Silvio Rodríguez, la urgencia de la canción

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Silvio Rodriguez es uno de los principales representantes de la Nueva Trova, un movimiento musical que hace su aparición a finales de la década de 1960 inspirada en la tradición de los músicos itinerantes y en estrecha relación con la cultura de la Revolución Cubana. Artista comprometido, es músico y poeta, pero ante todo trabajador, que reconoce que "el sueño se hace a mano y sin permiso" y da voz a los revolucionarios que trabajan día a día por un mundo mejor. Hoy presentaremos dos discos publicados en los difíciles años de 1991-1992 y destacaremos algunas de sus canciones que nos recuerdan que nunca hay que tirar la toalla y que realmente merece la pena luchar por nuestros ideales.

Durante casi 40 años, Silvio Rodriguez ha prestado su voz y su guitarra para narrar acontecimientos como los de Playa Girón, la revolución sandinista en Nicaragua o el asesinato de Salvador Allende y para recordar a revolucionarios como Ernesto Guevara. En una de sus canciones más conocidas, Sueño con serpientes, Silvio incluyó unos versos de Bertold Brecht en su introducción, que decían: "Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles".

Trovador de luchadores imprescindibles, en 1991 publicó un álbum titulado "Canciones urgentes", compuesto por una recopilación de canciones ya publicadas en otros discos, pero con una temática común: la defensa de la lucha por el socialismo. Entre ellas, destacan temas que se han convertido en himnos para los revolucionarios de todo el mundo hispanoablante como Playa Girón o Canción urgente para Nicaragua, además de la ya aludida Sueño con serpientes. Sin embargo, hoy vamos a recomendar, por su mensaje, su calidad musical y poética una canción: La maza. En este tema, Silvio recuerda la importancia del pueblo trabajador en las revoluciones ("Qué cosa fuera la maza sin cantera") y la necesidad de creer firmemente en sus capacidades. A pesar de los malos tiempos, hay que mantenerse firme en las creencias y trabajar sin tregua por ellas.

"Si no creyera en lo mas duro

si no creyera en el deseo

si no creyera en lo que creo

si no creyera en algo puro.

(...)

Si no creyera en quien me escucha

si no creyera en lo que duele

si no creyera en lo que queda

si no creyera en lo que lucha."

Al mismo tiempo que "Canciones urgentes", el trovador grabó entre 1989 y 1992 uno de sus discos más personales: "Silvio". Pensado como el primero de una trilogía ("Rodríguez" aparecería en 1994 y "Domínguez" en 1996), este álbum supone una introspección a si mismo y una reflexión sobre el oficio del cantante, con canciones como Compañera o Quién Fuera. Pero sobre todo, es un fiel reflejo de su tiempo, y del compromiso del compositor con él. Las doce pistas están jalonadas de reflexiones sobre el futuro de la Revolución, es testigo de las dificultades económicas de una Cuba en los peores tiempos del bloqueo (especialmente en la canción Monólogo) y, sobre todo, de llamamientos a continuar a lucha a pesar del duro momento histórico tras la caída del Muro de Berlín y el triunfo de la Contrarrevolución en la URSS. Silvio Rodriguez habla de su pesar por los malos tiempos, pero saca fuerzas y asegura que no se da por vencido en temas como La desilusión o Juego que me regala un 6 de enero ("El día del Armagedón no quiero estar tras la puerta") o, sobre todo El necio, de la que explicó en una entrevista en 2005 que ""cuando escribí El necio, estaba pensando en Fidel y, hasta cierto punto, en mí."

"Dicen que me arrastrarán por sobre rocas

cuando la revolución se venga abajo,

que machacarán mis manos y mi boca,

que me arrancarán los ojos y el badajo.

será que la necedad parió conmigo,

la necedad de lo que hoy resulta necio:

la necedad de asumir al enemigo,

la necedad de vivir sin tener precio."

De este mismo álbum, queremos añadir una canción más más, la cual es una de las más significativas de toda su obra y, sin duda, la más profunda de todas las que compuso sobre Ernesto Guevara. En el discurso dado tras recibir el doctorado Honoris Causa de la Universidad de Córdoba, Argentina en 2011, Silvio Rodríguez explicó como "su muerte, en octubre, fue una conmoción en mi país, muy especialmente para los jóvenes de mi generación. Este hecho, que también tuvo repercusiones universales, terminó de fraguar un arquetipo humano que nos serviría como brújula durante años". Así, 20 años después de la muerte de esta brújula, compuso Hombre, una verdadera elegía, en la que más que cantar, recita las hazañas del Comandante sin caer en alabanzas hagiográficas, sino todo lo contrario, humaniza su figura dándonos a entender que los héroes del pueblo son trabajadores y trabajadoras corrientes y mortales. Compuesta desde el más sincero aprecio, y haciendo uso de metáforas e imágenes, se reconoce la gran huella que dejó a los luchadores del mundo, pero incidiendo en la necesidad de continuar su legado:

"Hombre, hombre sin templo

desciende a mi ciudad tu ejemplo."

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