Emanciparse, un sueño para la juventud.

El fuerte paro entre los jóvenes trabajadores y la precariedad laboral entre aquellos que consiguen trabajo, han expulsado literalmente a los jóvenes del mercado inmobiliario. Afrontar la compra de una casa en solitario es una opción totalmente imposible para la inmensa mayoría de la juventud obrera de entre 16 y 29 años. Sólo dos de cada diez podría permitírselo si decidiera hacerlo en pareja; pero los sueldos deberían aumentar, de media, un 105% para que exista la posibilidad real de que nos emancipemos.

Por otro lado, alquilar una vivienda no está al alcance de toda la juventud obrera: el importe medio mensual asciende a 515,35 euros en España, que supone más de la mitad del salario neto de un joven trabajador.

Los pocos jóvenes que lleguen a poder adquirir una vivienda, lo harán a costa de hipotecarse por el resto de sus vidas.

Todo esto ha hecho que un 77,7% de los jóvenes menores de 30 años tengamos que vivir con nuestros padres, teniendo aún, por nuestras condiciones laborales o por la imposibilidad de encontrar trabajo, muy lejos la emancipación.

Por último, desde el estado capitalista, siempre velando sólo para los intereses de los grandes empresarios, banqueros y oligarcas, no se ofrece ninguna alternativa. La vivienda juvenil promocionada desde el estado solo se quedó en un número ridículo de pisos a un alquiler en parte sufragado públicamente, que tras la crisis capitalista se ha paralizado.

En la Comunidad de Madrid 3.000 viviendas del Plan Joven del IVIMA y otras viviendas de protección oficial han sido vendidas a Goldman Sachs-Azora...

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