Desde febrero, los vecinos del céntrico parque de la Alamedilla, en Salamanca, se han opuesto tenazmente al parking planeado por el Ayuntamiento, sin consultar a los vecinos de la zona, y que supone la destrucción parcial del mismo parque, además de representar una amenaza para la estabilidad de los edificios.
La lucha en la calle se realizó desde el primer momento, ligada a periódicas asambleas desde las que recapacitar las movilizaciones y hacerlas más efectivas, impulsando la participación del resto de vecinos de la ciudad. Los vecinos no están dispuestos a tolerar que se efectúe el despilfarro previsto, en unas obras que les perjudican, mientras el emblemático parque no recibe la manutención y cuidado que tanto necesita y los vecinos demandan. El PCPE y los CJC participamos, siempre que nos ha sido posible, en manifestaciones y asambleas.
El Alcalde, férreo paladín de los intereses de la burguesía local, se ha plegado a la negociación y al pacto con los vecinos, a cambio de paralizar las manifestaciones. Los vecinos mantienen sus asambleas, a la espera de cualquier respuesta municipal. Pero no debemos caer en los errores del pactismo que preconizan, mayoritariamente, los líderes oportunistas. La relajación es equivalente de derrota.
Los vecinos de la Alamedilla son un ejemplo de cómo la lucha organizada, continuada y persistente de la clase obrera y los sectores populares puede abatir las pretensiones del capitalismo y sus siervos.
