Crónica del cuarto día: Crítica colectiva e ilusión para la lucha


El tercer día de nuestro campamento levantó a sus campistas sobre las 8:30, como viene siendo habitual, para desarrollar las últimas actividades y despedir el evento conjuntamente. Los y las jóvenes recogieron sus tiendas, sus pertenencias y ayudaron a los grupos de trabajo a ultimar los preparativos para la despedida.

Unos minutos más tarde daría comienzo la evaluación colectiva del III Campamento de la Juventud, que se haría mediante cuestionarios donde los campistas juzgarían del 1 al 5 la dificultad, realización y utilidad de las actividades, y podrían reseñar cualquier observación al respecto de las mismas, tanto deportivas como de ocio o formativas, de cara a mejorarlas en el futuro. Se opinó que los y las jóvenes allí acogidos debieron organizar mejor el reparto del trabajo, sin embargo se recordó la importancia que tiene el haber sido colaborativos con los trabajadores del camping que se encargaban de que las instalaciones estuvieran limpias y en buenas condiciones para nosotros.

Más tarde, Antonio Jiménez, miembro de la comisión política de los CJC y director del campamento, entregaría firmados sendos diplomas a aquellos equipos que ganaron los torneos de fútbol y baloncesto, en el caso del primero, Castilla y León, y en el segundo, Murcia. Aunque las competiciones fueron reñidas y no poco exigentes, culminaron en una celebración que mostró una respetuosa deportividad, uno de los objetivos marcados por este campamento y muestra del buen resultado de apostar por un ocio sano.

A continuación, Javier Martín, responsable de estudiantes de los CJC, procedió a pronunciar un emotivo discurso como cierre del campamento. En él se destaca la importancia de la lucha de la juventud y la capacidad enorme que alberga el trabajo colectivo en la misma, se honra a los caídos que lucharon en la Guerra Civil en el 80 aniversario del golpe de estado y se dieron las claves para avanzar en nuestra lucha afrontando el próximo curso político; ahora que el escenario de la lucha queda libre para nuestra organización, llamada a albergar en sus filas a miles de jóvenes, es el mejor momento para que la juventud luche por recuperar la ilusión, la ilusión de poder conquistar su futuro.

Terminaba este campamento con cientos de jóvenes empaquetando sus cosas en el maletero de sus coches y despidiéndose de sus compañeros y compañeras. Fueron tres días de trabajo intenso, pero que se disfrutaron mucho, y se deseaba que hubiera sido mayor el tiempo que la juventud pasó en el campo. Aunque esta edición haya concluido, el ánimo para afrontar las dificultades del próximo curso permanecen y es seguro que habrá una futura y mejor edición del campamento para el siguiente verano; aunque esta edición haya concluido, la juventud revolucionaria sale reforzada de ella, más unida y más fuerte, sabiendo bien, como decían aquellos que lucharon por la libertad en el pasado siglo, que los cobardes traicionan, los dubitativos desertan, pero sólo los fieles permanecen.

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