Cómo la juventud comunista se preparó para frenar la sublevación del 18 de julio

La sublevación del 18 de julio tuvo una amplia respuesta por parte de la juventud obrera, que vio en la República un marco de progreso social y avance para el movimiento obrero. Gracias a la estrategia del PCE, se conformaron las Milicias Antifascistas Obreras y Campesinas (MAOC), que jugaron un papel importante desde la Revolución de Octubre de 1934, pero sobre todo en 1936 cuando a través de su quinto regimiento, se conformó el Quinto Regimiento de las Milicias Populares. A la par, los comunistas hicieron un trabajo de intervención dentro del ejército, sobre todo dirigiéndose a sus bases, los más jóvenes, muchas veces obligados a entrar en él por su penosa situación económica. Entre otras acciones, editaron un boletín llamado "El soldado rojo" que procuró ganarse al ejército del lado del proletariado.

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En fechas tan cercanas como éstas al 18 de julio, no podemos dejar de hacer mención y procurar entender el contexto del golpe fascista auspiciado por la burguesía más reaccionaria en 1936. Y, más aún, comprender la respuesta que amplios sectores de la juventud tuvieron ante este golpe, al cual se enfrentaron heroicamente, constituyendo aún hoy un ejemplo para los jóvenes.

Hablamos de la juventud obrera que vio en la defensa de la República ya no solo la defensa de la insuficiente libertad y la vacía democracia burguesa del 31, sino la República como un marco de progreso social y avance para el movimiento obrero.

No podemos olvidar -por otra parte- que la mayoría de grupos fascistas se nutrían de jóvenes y se dirigían claramente a estos, como fuera la propia Falange o como fueron las JAP (Juventudes de Acción Popular), de claros tintes filofascistas. Estos grupos reaccionarios ya formaban cuerpos paramilitares y estaban familiarizados con el manejo de armas.

Igualmente, observando los movimientos del enemigo de clase, la juventud obrera española también lanzó la directriz de formar las MAOC: las Milicias Antifascistas Obreras y Campesinas, como un reflejo claro de lo que ya dijo Lenin años antes: "una clase oprimida que no aspirase a aprender el manejo de las armas, a tener armas, esa clase oprimida sólo merecería que se la tratara como a los esclavos [1]".

Las MAOC, nacidas en gran parte por los esfuerzos del PCE como milicia popular de protección, cobraron un papel fundamental conteniendo a los grupos fascistas. De hecho, durante los primeros días de alzamiento, una parte de sus integrantes –una mayoría jóvenes de la JSU- dieron su vida.

No obstante, la fundación de las MAOC fue previo. Especialmente tuvieron un gran impulso a partir de la Revolución de Octubre de 1934, de la cual se cumple este año el 80 aniversario, proporcionando una instrucción clandestina no solo a comunistas sino a antifascistas en general, pues el PCE pretendía darles un carácter de masas de tal manera que en un futuro pudieran tener un papel importante en la toma del poder. Pese a ello, ni en 1934, ni durante la Guerra Nacional Revolucionaria, el PCE no se marcaba como objetivo la toma del poder, sino previamente acumular fuerzas y frenar a la reacción fascista.

Dentro de la misma estrategia, el PCE comenzó su trabajo dentro del ejército, sobre todo tras hacer balance de los hechos del 34 y llevando a cabo un trabajo de infiltración sobre todo con los soldados de menor grado, es decir, los más jóvenes. Este quizás sea uno de los aspectos menos valorados, pero por ejemplo Enrique Líster nos habla de él extensamente en sus libros.

Esta labor del PCE fue clave para frenar el golpe en lugares como Madrid, donde todos los cuarteles contaban con células comunistas. El objetivo era ganarse a las bases del ejército, muchos de cuyos integrantes se veían obligados a entrar a él por su situación económica. De forma clandestina se trabajó para lograr partidarios dentro de éste con la publicación de un boletín llamado "El soldado rojo".

Durante la primavera del 36 el PCE y las JSU advirtieron claramente al gobierno frentepopulista de la inminencia del golpe de estado y de la peligrosidad de la situación, pidiendo armar a las milicias, cosa que fue totalmente ignorada por el gobierno. En Madrid no cabe duda de que las MAOC fueron la milicia principal que puso freno al golpe de estado, con un papel predominante en la toma del Cuartel de la Montaña [3].

Fue el Quinto Regimiento de las MAOC, formado por muchos jóvenes y militantes de las JSU recientemente unificadas, los que jugaron un papel fundamental en la creación de lo que sería el Quinto Regimiento, reclutado en el madrileño barrio de Cuatro Caminos, transformándose el 20 de julio de Quinto Regimiento de las MAOC a Quinto Regimiento de Milicias Populares, de donde nació el sistema de comisariado y que llegó a contar con 80.000 miembros con un Estado Mayor dirigido por el PCE y una disciplina consciente en el ejercicio de sus funciones que fue clave para la constitución futura del ejército popular.

Hoy los jóvenes tomamos de ejemplo a los heroicos combatientes del pasado que regaron los campos de batalla con sangre de la juventud, para poner las semillas de la sociedad futura.

 

Notas:

[1] "El programa militar de la revolución proletaria" y "Una milicia proletaria", V. I. Lenin.

[2] "Nuestra guerra. Memorias de un luchador", Enrique Líster.

[3] "Guerra y Revolución en España", tomo I.

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